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Jack London, tiempos de ira, textos anticapitalistas



Con los recursos naturales del mundo, la maquinaria ya inventada, una organización racional de la producción y de la distribución y una supresión igualmente racional del despilfarro, los trabajadores psíquicamente aptos no deberían trabajar más de dos o tres horas por día para nutrir al mundo, alojar a todo el mundo, instruir a todo el mundo y dar a toddos una buena cantidad de pequeños lujos. No debería haber más necesidades materiales no satisfechas y de miseria, ningun niño debería agotarse para ganarse la vida, no más hombres, mujeres y niños que vivan como bestias y mueran como bestias. No solamente la materia, sino la máquina debe ser domesticada. En una época así, lo estimulante sería más bello y más noble que en nuestros tiempos, donde el único estímulo es el estómago. Ningún hombre, ninguna mujer, ningún niño será obligado a trabajar porque tenga el estómago vacío. Al contrario, serán animados a obrar como un niño para una redacción, como los muchachos cuando se les envía a jugar, como los sabios para formular una ley, como los inventores para aplicarla, como los artistas pintando sobre una tela o modelando arcilla, como los poetas y los hombres de Estado al servicio de la humanidad sea cantando o por habilidad política. El impulso espiritual, intelectual y artístico que resultaría de tal condición de la sociedad sería formidable. Toda la humanidad se levantaría como una potente ola.

(The Contemporary Review, 1908)


O home que escribiu o imprescindible "John Barleycorn. Memorias alcohólicas", era un socialista utópico na norteamérica de principios do século XX. O punto inxenuo e apaixoado conviven neste libro coa exaltación revolucionaria que prefigura os acontecementos da Rusia de outubro de 1917. A loita contra a maquinaria da explotación e a denuncia das condicións de vida de millóns de traballadores en todo o mundo converten a London nalgo máis que nun escritor de panfletos. Nun militante enérxico e vitalista, coa vista posta na circunstancia da clase traballadora, preocupado pola transformación da sociedade do seu tempo e enamorado dos principios do socialismo e do marxismo, da súa mensaxe emancipadora, internacionalista e obreira.

No seu debe, todo hai que dicilo, a súa tétrica aposta de mocidade polo supremacismo da raza aria, nunha pouco comprensible pirueta ideolóxica -influido polos escritos de Kypling- que exemplifica como poucos outros casos as graves contradicións de moitos escritores e intelectuais da época.

Thirteen

Coma sempre, as novas importantes chegan con retraso ao meu planeta. Resulta que fai un par de días morreu Alex Chilton, o home tras o nome Big Star. Buscando na wikipedia atopo que o home tiña sesenta anos. Novo para a esperanza de vida occidental, vello para alguén que lle canta ao namoramento aos trece anos ou ás rapazas de setembro. Debe de haber algo enfermo en levar seis décadas andando polo mundo e que a xente reclame unha e outra vez as cancións coas que, recén saído da adolescencia, un pensaba conquistar o mundo enteiro, isto é, os corazóns de todas as persoas. Chegar a cada novo ano é unha experiencia cada vez máis chocante e máis banal. A repetición aniquila o lamento existencial, pero a ollada ao calendario rememora os instantes de conta atrás. Quizais "september gurls", "Ballad of El Goodo" ou "Nightime" sexan mellores cancións, pero para o meu raquítico coñecemento musical, "thirteen" é Big Star. Unha canción de letra idiota capaz de conmoverme con violencia: a esencia da música pop, a estupidez do estar vivo como material para trascender a propia existencia. O gusto por eses recantos do banal no que un pode atopar signos dunha iluminación posible. Sesenta anos e corenta deles cantándolle ao amor adolescente.

Alan Badiou, la filosofía, otra vez



En primer lugar y de modo fundamental el deseo de filosofía implica una dimensión de revuelta, por ende no hay filosofía sin un cierto descontento del pensamiento en tanto que éste se enfrenta con el mundo tal y como es. También implica la lógica, es decir, la creencia en el poder del argumento y la razón. Implica universalidad: la filosofía se dirige a todos los hombres en tanto que seres pensantes y presupone que todos los hombres piensan. Finalmente, comprende un riesgo: pensar es siempre una decisión sometida a las circunstancias o al azar. Podemos decir entonces que el deseo de filosofía tiene cuatro dimensiones: la dimensión de la revuelta, la lógica, la universalidad y el riesgo.
[...]
¿Pueden las cuatro dimensiones de la filosofía ser mantenidas en el mundo tal como es? ¿Podemos sostener las dimensiones de revuelta, lógica, universalidad y riesgo contra los cuatro obstáculos contemporáneos: mercancía, comunicación, división técnica y obsesión por la seguridad? Yo planteo que ésto no puede ser llevado a cabo en el marco de las opciones hermenéutica, analítica o posmoderna. Pienso que estas posibilidades están demasiado comprometidas con la equivocidad del sentido y la pluralidad de los lenguajes. Yo diría que estas tres orientaciones son demasiado compatibles con nuestro mundo contemporáneo como para estar en condiciones de sostener la ruptura o la distancia que la filosofía necesita.
[...]
Nuestro mundo, ustedes lo saben, está marcado por su velocidad: la velocidad del cambio histórico, la velocidad del cambio técnico, la velocidad de las comunicaciones, de las transmisiones e, incluso, la velocidad con la cual los seres humanos establecemos conexiones entre nosotros.  Esta velocidad nos expone al peligro de una enorme incoherencia. Las cosas, imágenes y relaciones circulan muy rápido, de manera que no tenemos tiempo siquiera para calibrar la extensión de todo aquello que es incoherente. La velocidad es la máscara de la inconsistencia. La filosofía debe proponer un proceso de ralentización. Debe construir un tiempo para el pensamiento que, frente al mandato de la velocidad que enmascara la inconsistencia, constituya un tiempo de lo propio, y sólo este tiempo aminorará la aceleración. Yo consideraría este hecho como la singularidad de la filosofía: que su pensar es sosegado, porque hoy la revuelta requiere tranquilidad y no velocidad.

[Ed. Errata Naturae]

Cine, política e líderes carismáticos contemporáneos


Obviedade: temos a clase política que nos merecemos e non outra. Aspirantes a mafiosos e mafiosos profesionais. A vida fóra das bolsas de poder pode ser moi aburrida. Sen coche oficial, sen secretarias, sen alfombras bermellas na inauguración de casas da cultura ou exposicións de cerámica. Viva o mal. Viva o capital.

Bye Mark

Esperaba ver a sparklehorse nalgunha edición vindeira do sinsal. Xa non poderá ser. Menuda racha levamos.


 

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