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albert camus

Llega siempre un momento en el que hay que elegir entre la contemplación y la acción. Eso se llama hacerse hombre. Esos desgarramientos son espantosos. Pero para un corazón orgulloso no hay término medio.

Reescribir los textos de Camus en el ordenador es un placer maravilloso. Los momentos que más disfruto en el blog son aquellos en los que escribo los textos de otros. De alguna manera saboreo cada palabra, mientras que al leer hago algo diferente, con más calado pero menos intensidad. La lectura es una red en la que se me quedan los pensamientos prendidos. La reescritura es como hacer barro con la boca. Te pringas de algo viscoso, pero el sabor a tierra húmeda hace que te exploten los sentidos. Para un corazón orgulloso no hay término medio. Habría sido un buen escriba, un amanuense entregado. Eso se llama hacerse hombre. Sin embargo, los textos ajenos no deben ser demasiado largos o uno se empacha de ellos, como cuando de niño te dejan tomarte los dos pisos de las cajas de galletas surtidas. Al llegar al final de la segunda bandeja intuyes que lo que estás haciendo va contra la raíz de tu deseo. Esos desgarramientos son espantosos. Hace calor y aún no he elegido. Sí que lo he hecho. No estoy contento.
o tempo do pensamento inútil
Toda opinión é igual de respetable. É o principio básico do noso tempo, e recolle unha idea enganosa acerca da liberdade e unha especie de falso principio regulador da igualdade. Penso moito acerca disto ultimamente. Porque só atopo opinións que non son capaz de respetar. E emisores de opinión que deberían estar calados, en nome da igualdade e da liberdade que, se nos di, de forma repetitiva, conforman de maneira fundacional as nosas sociedades.

Hoxe tivemos unha especie de festa nocturna no colexio. Unha celebración astronómica (no sentido literal da palabra) promovida pola anpa con telescopios e chocolate a media noite. Moitos pais e moitos alumnos, moi boa noite, música en directo e bo ambiente. Sen luces, entre a romería e o evento científico, todos resultamos máis próximos. Non poder verse de todo rebaixa as liñas defensivas do día a día. Un retira as barreiras máis exteriores e déixase levar. Unha exalumna de fai dez anos cóntame a que se dedica actualmente e o seu periplo último en casas okupadas, montando mesas redondas, conferencias, obradoiros, ciclos de cinema pola xeografía galaica. Fala con entusiasmo pero o seu discurso ráchase cando me conta que case ninguén vai as actividades que preparan con tanto esforzo. En cambio, aos concertos que montamos, sempre ven unha morea de xente. Que está moi ben, pero dame rabia, non todo pode reducirse a cervexa e música e porros. A miña xeracion, sentencia, está atrofiada. Tes sorte, dígolle, a miña xa está morta, xa só somos un puñado de zombis camiñando entre unha morea de ruidos e opinións. Incapaces de atopar algo que sexa de verdade. Algo pequeno alomenos que esté nos arredores dalgunha verdade. Despedímonos despois de ver Saturno nun dos telescopios. Prometo asistir a algunha das actividades. Ambolos dous sabemos que é mentira. Pero a velada estivo ben, para que estropear a representación. O zombi dille adeus á rapaza que empeza a albiscar o sentido da palabra "desencanto". O zombi queda en medio da negrura do patio, rodeado de telescopios preguntándose onde fun parar. Que é todo isto. Que cousa sou. Cando morrín sen darme conta e porqué sigo en pé. Que fago coas miñas opinións de merda sobre min mesmo e sobre o mundo e sobre a xente. Como as borro. Como me reseteo. Quero deixar isto.
propaganda política sicotrónica
É case a 1.00 am. Mentres remato un traballo no ordenador teño a tele de fondo, facéndome compaña. Nun lapso de dez minutos voan pola pantalla da caixa tonta varios spots de propaganda política que oscilan entre o bizarre-movie e o corto gravado co mobil á saída de clase: PUM-J (partido por un mundo más justo), CDS, frente nacional, AES (qué coño significa), PCPE (coa música de matrix de fondo), falange española, rosa díez, PACMA, Extremadura Unida, MSR (movimiento social revolucionario), Izquierda Anticapitalista, democracia nacional, POSI, unicón comunista reunificada, partido humanista, solidaridad por pincipio, PSA (sen citroen), falange auténtica, familia unida, unión centrista liberal... e cando remata o lote, de súpeto, volta a empezar todo. Cada partido, 30 segundos. Un loop extravagante polas diferenzas irresolubles entre os seus fragmentos. Non podo evitar pensar que neste revolto de siglas hai algo de verdade asomando con timidez tras a penuria de medios destes vídeos caseiros. Algunhas persoas das que saen falando semellan crer no que din. Semellan ser algúns alguéns, sen apelidos, nin cartos, nin intereses empresariais detrás. Hai outros mundos.
una mentira pequeña
El domingo pasado vuelvo de Santiago a Vigo en tren. Hacía mil años y, la verdad, esperaba algo más tras tanto tiempo. Pero las inercias de la renfe (adif, creo que se llama ahora) igualan a las de la enseñanza. Un bocata cutre en el bar de la estación. Un periódico y una revista y un libro que traía conmigo. El paisaje se desliza lentamente tras las ventanas y me sumerjo en mis lecturas sin una sola pizca de nostalgia de otros viajes en otros tiempos, cuando cada trayecto en tren era una excusa para entregarse a una forma morbosa de melancolía de la que me he aburrido hace décadas. Absorbido por la lectura tardo un rato en entender que alguien se dirige a mí: tú, adonde vas, tú. Levanto la mirada, veo a un hombre fornido con una gorra raída y unas manos gigantescas y la cara muy colorada que me insiste tú, adonde vas, tú. Hago mis apuestas mentales y digo ehm... a Pontevedra. No me vales. Bien. Cambia de objetivo, se dirige a una chica sentada frente a él, tú, adonde vas, tú. A Vigo. Ah, me puedes despertar en Arcade. Sí. La chica vuelve a su lectura. Pasan los kilómetros, pasa la estación de Pontevedra. El hombre me mira indignado. Puedo oír sus pensamientos. Evito mirarle. El tren llega a Arcade. El hombre se levanta pesadamente, me mira un instante, pienso en sus manos, tan grandes. Se baja. El tren arranca y la silueta del hombre se desdibuja. Vuelvo a mi libro, pero ya no soy capaz de leer. Me pierdo en el paisaje que me observa desde fuera de la ventana. Se está bien.
da serie "intelectuais españois contemporáneos"



ceremonia
Voy el fin de semana a la boda de un familiar. El ritual es el tradicional, entendido como tal la secuencia misa-fotos-comida pantagruélica-barra libre-bailes. Miro el proceso desde fuera, intentando desentrañar sus claves entre canción y canción en la iglesia, entre canapé y canapé en el restaurante. Pienso en Levi-Strauss: el rito es la ceremonia que nos permite acceder al mito. El rito da vida a una narración. O al menos la escenifica. Entre copa y copa pienso, la capacidad de atracción de ésto consiste en que está montado como una obra de teatro. Todo el mundo es, a la vez, actor y público. Las ceremonias son los pocos instantes de la existencia en los que uno se sabe el guión, se guía por un argumento que ya está escrito. Se siguen los pasos de otros pero a la manera propia. La repetición nos reconforta. El ritual nos permite ser actores interpretándonos a nosotros mismos. Durante la comida una miniorquesta de tres anima la fiesta. Lo rocambolesco y el esperpento son parte fundamental del proceso. Un fotógrafo da órdenes, a modo de regidor, a modo de director de escena. La gente profiere "viva los novios" y "que se besen" y se aplaude a sí misma. Los actores se felicitan entre ellos. Los protagonistas son una excusa. El ritual se estira en una tarde interminable en la que la gente come como si el mundo estuviera al borde de algo grave. Se simula inicialmente la ebriedad como paso previo a su entrega a ella. Hay ancianos bailando con chicas jóvenes y abuelas que se entregan al pasodoble con adolescentes imberbes. En esta ceremonia que persigue la perpetuación del orden social existente se suspenden temporalmente algunas convenciones y aparentemente se permite cierto exceso que habitualmente es censurado. Como no sé que hacer hago fotos. Me escondo tras la cámara y disfruto al modo voyeur del caos bajo control, del exceso medido que sanciona la entrada a la existencia ordenada de la vida en pareja para dos personas. El rito, sin embargo, ya no tiene substancia. Es puro fuego de artificio que trata de encubrir de forma chillona la muerte por putrefacción del mito del matrimonio, del mito del amor para toda la vida. Vivan los novios. Brindemos.
 

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