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peter pan estuvo aquí




Gracias a Juanjo descubro el impresionante blog de Monsieur Tiffauges. Devorando las entradas del mes de junio me encuentro con una reseña del libro "el puer aeternus" que me hace pensar en la película de Gus Van Sant sobre el líder de Nirvana. En uno de los magníficos párrafos de su reseña dice Tiffauges:

Frente a la tierra y el árbol el niño será siempre lo que vuela y se desvanece, lo que pudiendo ser algo prefiere en cambio difuminarse en el juego para poder ser cualquier otra cosa. El arquetipo del niño eterno, que está muy acentuado en algunos tipos humanos, es, por tanto, un impulso que detesta la tierra y se entrega al vértigo irresistible de la transformación, al mundo evanescente del vuelo. Peter Pan ilumina como complejo psíquico el esplendor de la vida provisional, de lo inútil, frente a todo proyecto trascendente y meditado, de carácter personal o colectivo.

Peter Pan y Kurt Cobain. La infancia eterna tiene un precio muy elevado en los tiempos que vivimos.
venus in furs
Fui a ver "last days", la película de Gus Van Sant sobre los últimos momentos de Kurt Cobain (lógicamente todo ficción). Di un par de cabezadas. Visualmente es tremenda, pero el ritmo comatoso y los juegos con el tiempo no la hacen recomendable para ser vista a las cuatro de la tarde. Algo debe ir mal en el mecanismo interno de la película cuando los mejores momentos son los dos en los que suena "venus in furs" mientras uno de los actores la tararea completa. Contando los bostezos propios y las cosas raras que hacía el protagonista supongo que será una obra maestra y en breve una película de culto.



ahora sí
No hay mejor verano que aquel que nunca viviremos.




(ya es definitivo: estoy de vacaciones!!!)
final de curso, otra vez
Tengo un compañero que dice que terminar el curso es como ganar la liga todos los años. La -falsa- sensación de llegar a algún sitio más la perspectiva del verano como una autopista de los deseos por la que dejarse ir sobrepasando todos los límites de velocidad. Los malos momentos desaparecen en cuestión de segundos. Es fácil despedirse de los compañeros, uno sabe que en breve estará de nuevo con todos ellos. Otra promoción de adolescentes alejándose en el horizonte. Muchas caras de años anteriores son manchas borrosas. Me he aprendido tantos nombres en estos años que casi no soy capaz de olvidarlos. El patio desierto es una caja de resonancia de recuerdos y emociones. He vivido otro curso, me he dejado parte de mí en el camino. Esta profesión carecería de cualquier tipo de sentido si no fuese así.
cartas al director
En el diario El País de hoy en la sección "cartas al director" encuentro un interesante análisis de las pasadas elecciones municipales:

Parece como si nos hubiéramos olvidado de que existen una gran cantidad de ciudadanos que no tienen la menor voluntad de participar en la construcción del entramado socio-político de nuestro país y que están absolutamente dispuestos a tragar lo que les echen, pues lo único que les importa es atender a sus asuntos particulares. No sé a cuento de qué podemos responsabilizar a nadie de la indiferencia de algunos. El que haya políticos malos no nos convierte en ciudadanos mejores. Cada uno es totalmente responsable de su propia indiferencia.

Me voy a copiar mil veces la frase:

El que haya políticos malos no nos convierte en ciudadanos mejores.

(Gracias, Mario López Sellés)
vida en el bus
Me paso casi toda la semana en Madrid con mis alumnos de tercero de ESO. Son especialmente majos, paso un viaje agradable en el que todo sale extrañamente bien. Durante las muchas horas que pasamos en el bus aprovecho para ver "sr. y sra. smith", "los padres de él", "dos rubias de pelo en pecho", "scary movie", "scary movie 2", "scary movie 3" y "scary movie 4". El autobús es una lata de carcajadas. Me río con gags de lo más escatológico. Algunos alumnos me lo recuerdan al bajarnos. Para ellos resulta increíble verme reír. Es la clase de retrato que uno no espera de sí mismo. Madrid está lleno de policías y un helicóptero nos sigue durante media hora en nuestro paseo desde el parlamento hasta Sol. Quedo con Santi y cenamos en un centro comercial. Hablamos mucho. Lo paso bien, nos despedimos como si en vez de habernos visto hace un año lo hubiéramos hecho la semana pasada. Madrid de noche desde el autobús repleto de carcajadas y las calles vacías. A veces las cosas parecen asombrosamente sencillas.
frikis entrañables
Me he dado cuenta de que estoy muy próximo a convertirme en algo como ésto (aunque no sé tocar el ukelele ni cantar así de bien):



excesos
Gracias a mis alumnos descubro que hay una especie de deporte llamado parkour o free running que consiste en correr, escalar edificios, dar saltos sobre el mobiliario urbano, dejarse caer acrobáticamente desde alturas imposibles, cruzar de una casa a otra vía saltos por el tejado, o hacer piruetas en los parques infantiles con cierto riesgo de desnucarse o algo peor. Algo como ésto:







Pienso y no veo mucha diferencia entre ésto y beber o tomar drogas hasta caer de culo. La juventud es el tiempo del exceso y éste es la pura afirmación positiva de la vida. Me he dado cuenta de que casi todo lo que merece la pena es un exceso sobre lo dado. Un buscar en la vida algo que vaya más allá de ella misma, aunque paradójicamente, el exceso de exceso da justo el resultado contrario, como si la afirmación en demasía equivaliese a una negación.

Algunos de mis alumnos practican con paciencia parkour y free running. No se lo diré nunca, pero tienen mi admiración secreta.
 

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