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futbolistas y modelos
Me hace muchísima gracia toda esta polémica sobre la selección española de fútbol -dirigida por un energúmeno al que, irónicamente, se le denomina "sabio"-, en especial tras el éxito de la selección de baloncesto en el mundial de Japón.

Me hace gracia porque hay como una exigencia de fondo con un mensaje que no se de donde ha salido: somos una potencia, tenemos que demostrárselo al mundo. Si hay tanto revuelo con los reiterados fracasos de la selección es que en lo más íntimo hay mucha gente convencida de que no se está a la altura de lo que realmente es "lo español". Y ésto me parte de la risa, en serio, me parece un chiste buenísimo. En un país que está a la cola de todos los indicadores europeos de civilidad, educación e idea de ciudadanía, en el cual la figura favorita es la del tipo que se hace millonario de la noche a la mañana robando, estafando o no haciendo nada simplemente, sin que lo pillen, resulta que se espera que en un deporte que exige dosis inmensas de talento individual y sacrificio colectivo -es decir, todo lo opuesto de lo que aquí se considera receta segura de éxito- seamos unas fieras. Es que me parto.

Luego está el concursito de las modelos: esa extraordinaria combinación de voyeurismo soft, sadismo de opereta -ay la Judit Mascó calcando los tics de Mercedes Milá mientras juega a ejercer de dominatrix de película clasificada S- y mensajes insoportables de libro de autoayuda de tercera división. ¿Es en serio lo de que ser modelo es un trabajo durísimo? ¿que por carácter no vale cualquiera? ¿que hay que ser superprofesional y supermadura para ejercerlo bien? Ay que me parto. La supermodelo total, la favorita de todos nosotros, Kate Moss, exhibe triunfante todas las posibilidades de vivir a lo grande derivadas de su "trabajo", por eso la adoramos (motivos más obvios aparte, claro). Y en este programa se nos quiere convencer de que no es así. Que es una profesión seria, esclava, hasta aburrida, que las modelos vienen siendo una especie de monjas de clausura entregadas al Dios del trabajo, que el grado de dedicación la hace insoportable para las más débiles. Seguro que sí.

Concursantes de dicho programa y selección de fútbol comparten una misma filosofía de vida: intentar convencernos de que lo suyo es muy muy chungo, y que, por favor, mostremos respeto y comprensión hacia su talento y su sacrificio.

Claro que sí. ¿Por qué se liarán los unos con las otras? Porque en el fondo se comprenden entre ellos como nosotros nunca podremos hacerlo. Pobres.

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