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fin de año
Se acaba 2006 y noto en mí sensaciones nuevas asociadas al tramo final del calendario. La más persistente, la de ser un poco peor lentamente, día a día. Un proceso infinitesimal que, sin embargo, tiene manifestaciones puntuales que me delatan. El paso del tiempo me sienta mal. Las máscaras que he ido fabricando y puliendo con tanta paciencia desde hace años se van descomponiendo con calma pero inexorablemente. En el magnífico libro de Robertson Davies "el quinto en discordia", su protagonista habla de ésto en otros términos. Algo así como que el paso del tiempo nos va devolviendo a la niñez progresivamente. Va sacando a flote aquellos rasgos de nuestra infancia que nos afanamos en disimular tan trabajosamente. Llega un momento en el que nuestras máscaras ya no cumplen ninguna función, está ya todo hecho. Viene a decir que para el futuro sólo nos queda una especie de jardín de infancia terminal.

Feliz 2007.



post miseria
Vía menéname leo una entrevista increíble -realizada en la cárcel en la que se halla preso- al líder de la banda carcelaria de San Pablo, Brasil, denominada Primer Comando de la Capital (PCC). El análisis que hace de la realidad en la que vive es asombroso. Las respuestas que le da al anonadado periodista son de inquietantemente lúcidas y dibujan un panorama terrorífico para el Brasil del futuro (y quien dice Brasil dice cualquier lugar del planeta en el que convivan la miseria total con el lujo extremo).

No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas "con autorización" de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.
fragmentos para una teoria sobre el espíritu de la adolescencia: los amigos invisibles
Último día de clase. Dejo los veinte minutos finales a un grupo de 3º de la ESO para que celebren ese ritual entre surrealista y absurdo que llamamos "el amigo invisible". En realidad, poco tiene de invisible -todos saben quien les hace el regalo- y con frecuencia menos de "amigo". Algunos aprovechan la ocasión para reírse un poco del pobre al que les ha tocado regalar algo. Para mi sorpresa, los elementos de la clase se emocionan con los peluches que les regalan. Presentes demenciales extraídos del fondo de bazar de algún garito chino provocan aullidos de admiración. Una bola de discoteca en miniatura y un bingo de tercera dan lugar a una oleada de rugidos de entusiasmo. Bombones, colgantes imposibles, colonias que uno no utilizaría ni como desinfectante, balones y hasta hamsters completan un cuadro delirante y bizarro, en el que en realidad sólo se celebran dos cosas: somos adolescentes, estamos vivos. Bien por ellos.




(
como dicen los flaming lips:
[...]
Do You Realize - that everyone you know someday will die
And instead of saying all of your goodbyes - let them know
You realize that life goes fast
It's hard to make the good things last
You realize the sun doesn't go down
It's just an illusion caused by the world spinning round
)
previously, at christmas
De pronto, las navidades aparecen al fondo de la semana como una amenaza multicolor que promete graves y absurdos dispendios económicos, interminables cenas y comidas de cuatro o cinco platos y multitud de situaciones estresantes y agobiantes sin mucha causa justificada. Todo ello, a estas alturas de mi vida, me da un poco igual. Lo que me preocupa es el espacio de tiempo que transcurre entre navidad y navidad. Cada año parece hacerse más breve, más pequeño, como una habitación que se achica, como un fragmento de una pesadilla que tuve durante muchos años en la cual me hallaba en un lugar que de pronto comenzaba a encogerse y a cerrarse sobre mí y terminaba devorándome mientras despertaba a todos los vecinos con un alarido sobrenatural. Me resulta increíble este encogimiento en la percepción del paso del tiempo. Me paraliza el ánimo y me agudiza esa sensación pegajosa de que no hay escapatoria de algo que no termino de identificar.



youtubers
Vía un post de finales de octubre de furilo, descubro youtubers, un vídeo de Michael Bianchi de 10 minutos de duración hecho a partir de materiales de derribo sacados de youtube que merece la pena ser visto íntegramente. La banalidad de la exhibición pública de lo íntimo y la hondura de este acto cuando se convierte en algo colectivo, la sensación de soledad y abandono que parece alimentar el corazón de internet, la mirada extrañamente veraz de una cámara de vídeo casera ante la cual sus protagonistas fingen ser ellos mismos disfrazados de otras personas. Turbador.




En ciberescrituras, la historia completa y sus sorprendentes ramificaciones.
(P.D. ojo al minuto 2.18, ojo al minuto 6.53,...)
fragmentos para una historia universal del horror: el siglo XX (I)
Soy un tipo considerablemente educado. Procuro ser respetuoso con los demás; no soy excesivamente cruel, hijoputa las veces justas, malhablado sólo cuando las cosas tienden a caerse sobre mí alevosamente. Algo pardillo y tontainas con demasiada frecuencia. Por eso, en esta ocasión, me he permitido esta licencia poética:


A JODERSE, CABRÓN DE MIERDA!!!




(es lo que tiene alguna gente: saca lo peor de tí mismo con facilidad)
realismo mágico
Hoy anduve por las calles de la ciudad a media mañana y parecían los pasillos de un centro comercial tras un holocausto nuclear en algún manga tipo dragonhead. Sólo funcionaban los semáforos y la cafetería en la que habíamos quedado a eso de las once tres sufridos "trabajadores" envueltos en una historia que aún no sabemos cómo terminará. El caso. Mientras esperaba en soledad en el semáforo del Corte Inglés, ví un paraguas que se deslizaba Gran Vía arriba arrastrado por el viento, como si un hilo invisible tirase de él. Se movía con una suavidad impropia de las circunstacias: asfalto forrado de restos de la granizada anterior. Se movía con la elegancia inesperada de los objetos cuando una fuerza misteriosa los desplaza por el mundo adelante. Como un barco de vela sobre un mar de hielo. Era tan bonito que el semáforo se puso verde y me quedé un rato viendo como se alejaba hacia la Plaza de España. Nadie me pegó el típico bozinazo. Me quedé esperando a que mi coche flotara sobre el asfalto o a que se abriesen las nubes y una nave extraterrestre me pidiera permiso para llevarme a su planeta para hacer experimentos de cruce de especies conmigo. Nada de eso ocurrió, aunque el paraguas siguió su rumbo, ajeno al temporal y a los escasos coches que se paraban a su lado, atónitos.
ecuación musical
beirut=goran bregovic+yann tiersen+magnetic fields+x
(aún no he sido capaz de despejar la incógnita; en cualquier caso, mi disco de coche de ahorísima mismo)



días de puente
Mi idea de hacer puenting: toneladas de comics en la mesa del salón, series de televisión en el ordenador, tres libros que tengo pendientes, varios cds pendientes de veredicto, un millón de papelotes que aguardan ser ordenados, el caos casero contra el que uno debe luchar aún sabiendo que la batalla está perdida. Frío en el exterior. Lluvia. Pinceladas de un invierno que se adelanta en forma de resfriados, cansancio y bajada general del ánimo. Y mientras, en el exterior, alguien ha decidido desde hace un par de semanas asediarnos con la decoración navideña. Por unos días me quedaré con mis virus y mi fatiga anestesidado viendo idioteces en la televisión y tomando sopas de sobre en tazas de desayuno astilladas. Vivan los festivos absurdos.



existencialismo adolescente
A veces mis clases de química derivan de manera absurda hacia los temas más extraños. Ayer, sin saber cómo me vi envuelto en una discusión sobre las bases bioquímicas de nuestra conciencia. Oséase, nuestras emociones, sentimientos, memoria y personalidad se basan en complicados procesos de enlaces entre millones de neuronas. Hablaba de un célebre experimento del que se dio noticia este verano en el que se había logrado inducir recuerdos falsos en el cerebro de una rata. Claro, la cosa dio pie a todo tipo de comentarios, hasta que uno de mis alumnos, que estaba en el encerado resolviendo un problema, me dijo, espera, me estás diciendo que nuestros sentimientos sólo son procesos electroquímicos entre las neuronas de nuestro cerebro?, yo le dije, simplificando mucho, pues sí, es lo que hay, y él, entonces ¿podemos modificar de manera externa nuestras emociones y sentimientos y recuerdos? pues en teoría sí sería posible, dije, por suerte, todavía no se sabe como hacerlo, aunque no creo que se tarde más de cinco-diez años en lograrlo. Se hizo un silencio extraño en clase. De golpe volvió el bullicio y alguien dijo que seguro que en ese tiempo encontrarían también una cura para el envejecimiento, que también era un proceso químico, y una niña, en la primera fila, dijo, jo, yo no quiero morirme, que mal rollo. Luego tocó el timbre y ellos ya se iban discutiendo del partido de fútbol del celta y de la excursión que hacen a Salamanca desde mañana. Yo me quedé en clase viendo las mesas vacías y el suelo lleno de papeles. Jó, morirse, que mal rollo. Pues sí.
el exceso de testosterona conduce a la obesidad
El último anuncio de burguer king es asombrosamente malo. Entre la estética OT y el desfile de chimpancés vociferantes uno se pregunta porqué el garrulismo orgulloso de sí ha cobrado tanta fuerza en todos los órdenes de la vida. Parece que frente a la hipocresía de la mayoría de las relaciones sociales y a cierta deshumanización en el contacto con los demás sólo quedara la solución facilona: ser la versión más simiesca posible de uno mismo. Qué decir. Un eructo estaría bien para acabar, pero no sé bloguearlo.





(por cierto ¿soy el único que desde hace un par de semanas no ve ninguna de las imágenes de este blog?)
dazed and confused
Leo en Letra Internacional de Noviembre un magnífico artículo-semblanza sobre la figura de Elías Canetti a cargo de José María Pérez Gay. Mi fascinación por Canetti es limitada, tengo dos libros de anotaciones Hampstead, apuntes rescatados (1954-1971) y Apuntes (1973-1984). En ambos he hallado una inteligencia de esas que poseen el don de la clarividencia, un lenguaje límpido, despojado de retórica, y flashes deslumbrantes que exhiben a la vez sabiduría enciclopédica, amor total a la cultura y a las narraciones y lucidez absoluta. Nunca me he atrevido con su obra magna, Masa y Poder, pero he sentido la llamadada del libro al acabar el artículo citado.

Canetti vivió su vida como un desafío personal contra la muerte, y su tarea de escritor como un compromiso a perpetuidad para con la vida. Sobre ambas cosas, el artículo está sembrado como de minas que explotan al posar la mirada sobre ellas:

Lo único que uno no puede ni debe ser es un triunfador. Sin embargo, todos somos triunfadores desde el momento en el que hemos sobrevivido a cualquier persona que conocimos bien. Triunfar es sobrevivir. ¿Cómo solucionar el dilema? El círculo cuadrado de la moral: ¿debemos seguir viviendo y no ser triunfadores?

Quien realmente quiera saberlo todo, lo mejor que puede hacer es aprender de sí mismo. No deberá tratarse con miramientos, sino más bien como si fuese otra persona: no con menos sino con mucha más dureza.

Nada es más triste que ser el primero, a no ser que uno lo sea realmente y que no haya nadie más.
sometimes i love advertising




[via ibelieveinad, descubierto a través de lector malherido]
retro kitsch
Venía en coche hacia casa. Llovía a mares. Era de noche. Dudé, pongo el disco de Micah por enésima vez o que sea lo que la radio quiera. Elegí lo segundo. Sonó, como un martillazo contra la cara de alguien que se parece a tí, lo siguiente:




Después, en casa, abrí esa caja de Pandora contemporánea que es youtube y volví a mi infancia entre el espanto y la fascinación gracias a ésto:




Y claro, ya puestos, sólo faltaba mi favorita!!!



bolaño-fresán
En la revista letra internacional de este mes aparece transcrita la mesa redonda sobre la figura de Roberto Bolaño -a los ya tres años de su muerte- que tuvo lugar en Munich y en la que participaron Jorge Herralde, Ignacio Echevarría, Rodrigo Fresán y el propio organizador del encuentro, Heinrich von Berenberg. Todos ellos amigos del escritor chileno y admiradores entregados de su obra (como casi cualquiera que haya leído alguno de sus libros). La charla contiene una emocionante evocación de los muchos momentos vividos junto a Bolaño, y todas las intervenciones son sentidas, emocionadas y transmiten con vivacidad la compleja e intensa personalidad del escritor. De entre todas ellas, destaca la parte de Rodrigo Fresán -claramente entre ambos había un nexo de un vigor y una profundidad extraordinarias-. Hablando de las cosas de las que hablaban ellos dos, dice lo siguiente:

Una de las cosas que más comentábamos eran los programas de televisión, los reality shows. Los dos éramos adictos a Gran Hermano y recuerdo sesiones de más de tres horas de estar viendo el programa con el teléfono en la mano comentándolo simultáneamente. Lamento decepcionar a mucha gente que piensa que cuando los escritores hablan entre ellos, están como en un risco con los cabellos ondeando al viento diciendo "la literatura, la literatura"; nosotros hablábamos básicamente de Gran Hermano.

(Luego comenta que hablaban de más cosas, claro, pero esta revelación confesión -que no me sorprende demasiado: todo el mundo ve/vio/veía Gran Hermano- revela el encanto inmenso que adquieren las cosas más banales cuando son compartidas por dos personas que se quieren).
the velvet underground & nico, femme fatale, 1972
Trasteando un poco por youtube -buscando algo que ahora no recuerdo- me encuentro con este vídeo del año 1972. Un Lou Reed joven pero menos (tenía 30 años en esta actuación) mira juguetón a una Nico que parece recién llegada de Marte en algún transporte de congelados. Su mirada extraviada me pulveriza el ánimo. La canción, el escenario, la fecha, me producen un vértigo que he sentido otras veces y que me hace experimentar de manera concentrada la sensación de brevedad, de finitud, de acabamiento.




(Es Noviembre y, ahora sí, el frío ha entrado a la vez por todas las rendijas de casa.)
nick cave & pj harvey, henry lee
[De la serie: buscando banda sonora para las mañanas de sábado de Noviembre]



hiperemotividad
Recuerdo que cuando era (más) joven, los excesos sentimentales en público estaban un poco como mal vistos. Si a uno le desbordaba la emoción, se la aguantaba todo lo que podía o bien reservaba sus consecuencias para ese reducto sagrado que solía ser la intimidad. Mi carácter, lo reconozco, es propicio a esa clase de comportamientos. Contención, cierta frialdad, capacidad para guardarse la mayoría de las emociones , autocontrol: el vocabulario básico de todo buen témpano de hielo, las recetas mágicas para moverse discretamente sin saturar a los demás, sin ser un exhibicionista agotador.

Hoy en día se han invertido los términos. Lo bien visto es hacer exhibición pública -con creces- de todas las emociones que atraviesan nuestro cuerpo, poner en el escaparate a disposición de todo el mundo todos nuestros estados de ánimo y todas las pulsiones que nos agitan. Exagerar al máximo todo ello suponiendo que así pasaremos por naturales, sinceros, auténticos y, por supuesto, espontáneos.

Ante este panorama de cosas no puedo por menos que añorar la antigua edad del hielo. La cuna de cubitos en la que fui mecido. El congelador en el que introduje durante varios años mi propio carácter. Porque si hay algo que no soporto es a la gente que pega gritos porque necesita decir cuanto ama/odia/le molesta/le encanta/necesita/le sobra algo. Porque si hay algo que me parece absolutamente falso es alguien subido encima de otro alguien chillándole al oido mientras llora cuanto lo ama/odia/necesita/desprecia. Porque cada vez me resulta más necesario estar rodeado de gente con sangre fría. Gente capaz de controlarse 9 de cada 10 veces. Gente que sepas que cuando te vayan a decir algo gordo del tipo te amo/te odio/te desprecio/te necesito, esté claro que es en serio y no un impulso momentáneo.

Por todo ello necesito gritar imperiosamente a los cuatro vientos con todas mis fuerzas para que se entere todo el mundo: odio la hiperemotividad!!!!!!!!!!!!!!
jason, espera...




Hace cosa de un año tuve este tebeo en mis manos. Eché un ojo apresurado y en menos de tres segundos decidí que no me interesaba: funny animals, sobriedad gráfica, un mundo parecido al "real" pero sutilmente diferente, ausencia de diálogos, aspecto general tristón... Hace unos días me lo pusieron en las manos con entusiasmo. Mi mueca de escepticismo estaba de vacaciones por agotamiento. Me lo llevé y lo dejé en el sofá, justo en el cojín en el que a veces vegeto. Ayer tarde, algo aburrido de un trabajo mecánico lo cogí para desconectar un rato. Al acabar de leerlo pensé "cómo puedo haber sido tan estúpido". Lo releo con calma. Hay un desasosiego general que se manifiesta de manera imperceptible en cada viñeta. Micropartículas de una desolación de conjunto que se acumulan a medida que las páginas pasan. Hay un universo extraño contenido en este cómic. Uno en el que la ruina es parte sustancial. En el que los acontecimientos son mínimos pero se encadenan acarreando consecuencias horribles. Hay una simbología que convive de manera incómoda con las viñetas más obvias. Un estilo gráfico que captura silenciosamente la miseria de las cosas cotidianas. Hay una reflexión extraña sobre el paso del tiempo y perturbadores juegos con la línea temporal de la narración. Hay una monolítica y repetitiva composición de las páginas que transmite un frío considerable y un sentido muy exacto del absurdo. Hay un retrato de una vida que resulta más incómodo de lo que uno imaginaría. De lo que uno desearía.
vikas swarup, ¿quiere ser millonario?




Un adolescente hindú sin recursos ni estudios de ningún tipo gana en un concurso televisivo -¿quiere ser millonario?- el premio gordo: mil millones de rupias. Acto seguido es detenido por la policía acusado por la cadena de televisión que produce el concurso de haber hecho trampas. Partiendo de esta mínima anécdota argumental el autor describe en apenas 350 páginas las contradicciones y paradojas de la India contemporánea. Megalópolis como Mumbai (antes Bombay) o Nueva Delhi donde la arquitectura high-tech, las limusinas de lujo y las tiendas occidentales más fashion conviven con ejércitos de niños de la calle, batallones de prostitutas y millones de seres condenados a la pobreza extrema y al olvido absoluto sin posibilidad de redención. Como paisaje de fondo una sociedad en la que comparten espacio a codazos las grandes religiones asiáticas y en la que se libra una sorda batalla entre las costumbres tradicionales y los vértigos históricos asociados a los rescoldos de la descolonización, las nuevas tecnologías y el culto al consumo. Los anhelos de mejora y la busca de una vida más fácil vehiculados gracias a la omnipresencia del star system bollywoodiense, escaparate esplendoroso de un olimpo que nada tiene que envidiar al hollywood de los años dorados. A destacar la omnipresencia de la violencia y su eficaz tratamiento gracias a la ayuda de un retorcido e inteligente humor negro, los cuales parecen conducir los destinos de unos protagonistas que pelean con todas sus fuerzas por superar las adversidades de unas existencias marcadas por la desgracia, el abandono, la pobreza y la soledad. El protagonista, cuya peripecia vital es reconstruída fragmentariamente, aparece ante nosotros como una suerte de Oliver Twist del siglo XXI fascinado por las videoconsolas, los ferraris y los héroes bollywoodenses, desarmándonos por su bondad a prueba de desastres, su extraña inteligencia para salir adelante y su capacidad para ser siempre de una pieza. Como si hubiera sido construído solamente con los materiales más nobles posibles. Sin embargo, tanta perfección moral paga cierto precio literario. El del rozar demasiadas veces el acartonamiento característico de los estereotipos, el de hacer peligrosos equilibrios sobre la cuerda de la verosimilitud continuamente. El indigno final de la novela viene siendo una especie de factura por la colisión entre lo descrito en sus páginas y los deseos del narrador por hacer realidad los sueños de su protagonista. Y es una pena, porque el libro es ágil, brillante durante muchas de sus páginas, y en general resulta una interesante combinación de farsa y tragedia en muchos de sus tramos, un acercamiento frenético a una cultura hipertensa y acelerada, centrifugada por múltiples fuerzas que trabajan en sentidos opuestos. No sé si recomendar su lectura o no: demasiado denso para quien busque una lectura ligera, y demasiado facilón para quien aspire a la literatura con mayúsculas, para su desgracia se queda un poco a medias de todo.

Maldición. Parece que no, pero sí me ha gustado.
joan as policewoman
La estación de Otoño del festival Sinsalaudio 4.0 cerró el pasado martes con el concierto de Joan as policewoman en el auditorio Caixanova. Público numeroso que garantiza -espero- la continuidad de la propuesta sonora de nuestro colectivo musical favorito. Concierto algo menos atrevido que otros que han pasado antes por el cartel de las ediciones anteriores del festival, y, sin embargo, intenso y emocionante durante casi toda su duración. Los que hemos moldeado nuestro gusto musical siguiendo los electroshocks que descargaban tanto la sala Vademecum como el festival Sinsal, nos hemos acostumbrado a esperar lo inesperado, a encontrarnos de frente con acontecimientos excepcionales, con conciertos abrumadores y actuaciones sobresalientes en todos los aspectos. Sólo desde esta perspectiva soy capaz de comprender los comentarios de bastante gente que, al acabar el concierto salió algo decepcionada con Joan. Para mí, sin embargo, el concierto no desmerece para nada la trayectoria sinsalera. Un comienzo intimista a solas con el piano -quizás la parte más floja- para ir subiendo lentamente de revoluciones con la entrada en escena de su minibanda, un metronómico batería y una timburtoniana bajista de exquisita técnica. Desenfadada y divertida, parlanchina, desplegando lentamente los múltiples matices de su voz -registros fundamentalmente soul, con incursiones jazz- y las bondades de las elegantes canciones de su único disco hasta la fecha, alcanzó sus mejores momentos cuando se puso más enérgica, cuando dio más cancha a su lado menos pulido y elaborado. Las canciones me sonaron mejor que en el disco, quizás demasiado perfecto a nivel sonoro, demasiado arreglado.

Entre las anécdotas: el termo de ¿café? ¿té? ¿ponche? con el que se subió al escenario, sus opiniones sobre la expo que ha invadido las calles de la ciudad, sus recuerdos infantiles sobre Halloween, y un desagradable comentario de un espectador, que, intentando ser gracioso y enrollado acabó pareciendo gilipollas y maleducado.

Al final del evento tuvimos una divertida polémica detractores-entusiastas. Dije varias chorradas de las que me arrepiento ahora, pero en lo básico sigo pensando lo mismo: un buen concierto.



gnarls barkley: homenaje a star wars
Vía ladridos crespusculares, la actuación de gnarls barkley en los MTV awards 2006 en plan "Luke, yo soy tu padre".



sergiusz piasecki, el enamorado de la osa mayor




Hay vidas que merecen quedar para siempre capturadas entre las páginas de una novela. Siquiera para recordarnos, a todos aquellos que llevamos vidas que no darían ni para una nota a pie de página en algún pésimo libro, que la vida, cuando se vive intensa y libremente puede bastarse a sí misma, sin coartadas, justificaciones, sentidos o interpretaciones de cualquier tipo. En este caso, la vida de un contrabandista en la frontera polaco-soviética de mediados de los años treinta. Largas caminatas cargados de mercancías de contrabando a la intemperie atravesando bosques o ciénagas o prados o ríos o montes. Persecuciones campo a través. Fiestas interminables. El disfrute desprejuiciado del sexo. Compañeros de aventuras que lo son hasta la muerte o hasta que las fuerzas del orden ganan alguna batalla. Campos abiertos bajo una oscuridad inmensa salpicada de estrellas. Y un código de honor no escrito en el que no caben la traición, la mentira, la cobardía o la indignidad. Una novela de aventuras sin ironías ni guiños al lector ni metaliteratura. Un caudal de energía desbocada, removiendo las quinientas páginas con el magnetismo de lo vivido intensamente, con la violencia de lo que verdaderamente importa en esta vida, el sentirse vivo, la amistad, el amor, el sexo, la fiesta. Maravilloso.


[El protagonista lleva unos días en una ciudad, lejos de su terreno natural]
Todo ésto empieza a aburrirme. Estoy hasta la coronilla de las cogorzas, de los mentirosos y de esta ciudad, donde la verdad se pasa de contrabando como nosotros matuteamos el alijo: ¡esquivando muchos cordones de control! Aquí todo es artificial, brillante y muy complicado, pero por debajo se oculta la simple mugre y el vacío... Allí, yo vivía con más plenitud. Allí, la gente es sincera. Aquí, todo el mundo aparenta algo, desempeña algún papel en una gran farsa, en una comedia, actúa en casa y fuera de ella. Aquí, las mujeres camuflan sus cuerpos contrahechos y ajados con atuendos preciosos y lencería refinada, aunque a menudo sucia. Allí, bajo un vestido barato y una miserable ropa interior de lino, hay cuerpos calientes y fuertes que aman sin falsedad, y lo hacen por necesidad y no por afán de lucro o para fisgonear...

[El autor, Piasecki, tuvo una vida ajetreada. Militar, agente secreto, contrabandista y bandolero. Escribió esta novela en la cárcel recordando en ella sus años de contrabandista. Tras su publicación y éxito arrollador en 1937, hubo un movimiento popular solicitando su liberación, que le llegó en plena invasión alemana de Polonia.]
be acid boric, my friend
Vía haztelo mirar, el anuncio de Bruce Lee ("be like water, my friend") interpretado por Ángel Acebes.



por amor al arte
En la hoja parroquial de mi ciudad sale una bonita foto, en la cual, nuestra adorada alcaldesa sonríe delante de un mamotreto de 50.000 toneladas (así a ojo) que forma parte de una exposición itinerante del artista germano-polaco Igor Mitoraj. Nada que objetar al tema, organizado por una empresa privada -La Caixa.

Bueno, nada-nada no.

Primero, que las descomunales esculturas encajan perfectamente dentro de ese oscuro plan maestro que pretende convertir a Vigo en la-ciudad-más-kitsch-del-planeta (véanse las estatuas de Julio Verne sentado sobre un pulpo en el Náutico o esa especie de elfo-hada de 20 toneladas situado sobre una columna de 4 metros de altura en pleno paseo de Alfonso).

Segundo, que la empresa que organiza la cosa para La Caixa (Aqualium) es propiedad de María Porto, la esposa de Francisco Álvarez Cascos, exministro de múltiples cosas y miembro destacado del partido en el que milita nuestra alcaldesa. Coincidencia afortunada, claro.

Y tercero, que nuestra querida alcaldesa -responsable de haber dividido nuestra ciudad en una villa con dos zonas claramente separadas: el centro, inundado de flores y maceteros hasta el agobio, y el resto, dejado de la mano de Dios-, experta en arte, decoración y lo que le echen, ha declarado a la prensa sobre la exposición (copio y pego de la hoja parroquial):

"[las estatuas] enriquecen las calles y serán motivo de sorpresa y asombro" entre los vigueses por su "grandiosidad, su perfección y su carácter auténticamente provocador".
Destacó la regidora local la proximidad al espectador que el arte alcanza con iniciativas como la impulsada desde La Caixa que "permiten al espectador sentir, más que ver, una conjunto de obras muy especial".

En un comentario astutamente sarcástico, el comisario de la cosa, Jean Paul Sabatié, nos da un último bofetón al referirse al conjunto de mamotretos de vaga inspiración greco-romana de la siguiente manera:

Está claro que mucha gente las va a criticar, pero lo importante es que algo está ocurriendo, que el arte recupera su capacidad para mover e inquietar.

Buuuuuuf.
Temporalmente pongo aquí esta fotografía de Oscar Vázquez que sale en la edición de hoy de La Voz de Galicia:



manu larcenet, los combates cotidianos 3




El primer tomo de esta serie dejaba una sensación extraña en el lector: por un lado cierta dejadez en el apartado gráfico reflejada en la ausencia perezosa de fondos en muchas viñetas, un molesto deja vu en el tratamiento del personaje protagonista -fotógrafo que lo deja todo atormentado por problemas de diversa índole, entre ellas un profundo sentimiento peterpanesco y una incapacidad crónica para afrontar la realidad- y una especie de inconcreción argumental que dejaba en el aire muchos de los interrogantes planteados a lo largo de sus páginas. Una moderada tendencia a literaturizar en exceso los diálogos completaba el cuadro de los "peros". Sin embargo, junto a todo ello, el cómic destilaba una tensión dramática considerable. Las mínimas peripecias de Marco y su exposición a terribles crisis de angustia, junto con su difícil relación con unos secundarios poderosos y bien definidos presagiaba páginas futuras más resueltas capaces de desarrollar con más intensidad la evolución del protagonista.

El segundo tomo, más definido gráficamente, más centrado en la trama de las complicadas relaciones personales del protagonista y de su enfrentamiento consigo mismo, dejaba una sensación próxima a la plenitud tras su lectura. El protagonista y su entorno adquirían complejidad y densidad casi a cada página. El delicado engranaje de la verosimilitud comenzaba a funcionar con fluidez, desprendiendo todo el cómic el aroma inconfundible de las obras realmente importantes: aquellas que parecen hablarte a tí personalmente de las verdades fundamentales de la existencia, de la gravitación brutal que ejercen sobre nuestras vidas, de los mecanismos que improvisamos para fingir que no existen del todo y de las cosas que llegamos a hacer para pensar que podemos obviarlas, que podemos permanecer al margen de ellas.

En este tercer volumen, Larcenet roza la perfección. Su protagonista se acerca lentamente al núcleo duro de sus problemas -la infancia, su dificilísima relación con su padre- a raíz de un acontecimiento terrible. Los personajes que lo rodean se inscriben en una intrincada red en la que Marco busca respuestas a preguntas que sólo con ser formuladas ya duelen. Su relación con su novia, su madre, su hermano, los antiguos compañeros de trabajo de su padre o el editor que quiere publicar parte de su trabajo dan lugar al afianzamiento de un rico microcosmos en el que nada está simplificado o estereotipado, nada es gratuito o arbitrario, y en el que la complejidad y la evolución moral de todos los protagonistas de la trama componen una panorámica del estado de las relaciones humanas en este turbio principio de siglo que vivimos -a nuestro pesar- peligrosamente.





el hombre que quería parecerse a benny hill (y se quedó en protagonista de una de esteso y pajares)



una vez más: el horror, el horror
Vía cossimo, 26 minutos para los que no hay palabras:





crank
Voy al cine a ver una de descerebre y tiros y hostias: crank.

Me sorprendo comprobando cuanto ha evolucionado el cine "de evasión": humor retorcido, crueldad gratuita, mutilaciones explícitas, finales infelices, hiperrealismo, personajes que no son ni héroes ni antihéroes ni contrahéroes sino hijoputas caricaturescos, guiños continuados al espectador y teléfonos móviles que tienen más importancia que casi cualquier personaje. Un tipo de ficción que revienta todas las convenciones de todos los géneros, que mueve las cámaras de manera epiléptica, a base de convulsiones y ángulos absurdos, que juega con la saturación cromática a su antojo, que manipula colores e inserta subtítulos que cobran vida propia en la pantalla. Una ficción que cae en el término medio entre los videojuegos del tipo shoot´em all, las patochadas descerebradas tipo jackass y una digestión cortada de géneros como el terror adolescente, las películas de persecuciones y los productos tipo "speed" y sus secuelas. Una ficción, en fin, que bajo un envoltorio cargado de pirotecnia visual esconde pinceladas gruesas de mensajes rancios, de machos viriles y violentos en un mundo en que sólo importan el deseo, la velocidad y la muerte. En este caso, todo ello salpicado por una absurda historia de amor -por llamarle algo- que sirve de excusa para un polvo en plena calle jaleado por cientos de paseantes, y un más absurdo lío de bandas entre centroamericanos y tríadas hongkonesas.

De todo ello, lo más destacable, aquello que cruza la película de cabo a rabo, es el culto a la velocidad extrema y a una violencia que busca la carcajada a través de los excesos -¿es normal reírse ante el primer plano de una mano cortada con un cuchillo de carnicero?-. Todo lo anterior, aderezado por unos diálogos en los que prima la necesidad de hacer reír al espectador, configura un producto deliberadamente sucio, tenso, espasmódico y extrañamene adictivo en su primera mitad -luego, a base de repeticiones, la cosa se resiente- que llena de interrogantes sin respuesta la cabeza del espectador (la mía al menos). Si las ficciones aspiran a ser verosímiles a través del hiperrealismo y de la concatenación de excesos de todo tipo -con especial atención a las muertes crueles y las mutilaciones en primer plano- ¿hasta dónde piensan llegar en su aspiración de dejar clavado al espectador sin respirar durante noventa minutos? Aquí al menos los directores demuestran al menos haber aprendido las lecciones de Tarantino y del Oliver Stone más lisérgico, pero, ¿qué futuros bodrios perpetrarán sus imitadores?

¿Y los actores? El monolítico Jason Statham, casi en la liga de los grandes pegadores de la historia del cine: un saco de músculos inexpresivo cuya mueca de flipado acaba por hacer gracia a los amantes -como yo- de los protagonistas garrulos que lo solucionan todo subidos a un buen coche o dando más hostias de las que serían estrictamente necesario: un crack. Del resto, mejor olvidarse, excepto de la semi-protagonista, Amy Smart, otra bella actriz surgida de la cantera de las teleseries y de las TV-movies que merece papeles mejores que el de esclava sexual de ese hombre de las cavernas contemporáneo que es nuestro adorado Jason.

Resumiendo: lo he pasado en grande, pero no estoy orgulloso de ello. Es más, algo en mi interior me dice que no debería habérmelo pasado tan en grande, a no ser que me parezca mucho más de lo que creo a muchas cosas que detesto vehementemente. Uf.
nosotros, los moralistas
Tengo una reunión con la madre de uno de los alumnos del grupo de Diversificación. Viene más que nada para saber de qué va la cosa. El chaval, por motivos obvios, ha sido escueto, no hace falta comprar libros, es todo lo que le ha contado. Desgrano con calma y con la mayor precisión posible en qué va a consistir el programa del curso. Le explico que su hijo, por las circunstancias que lo rodean, está en el paso previo al abandono de la escolaridad, y que la diversificación es casi el último recurso que tenemos para evitarlo. Le cuento lo importante que es que chicos como su hijo, al menos, se saquen el título de graduado en secundaria. Acabo mi discurso y el gesto de su boca me prepara para un pequeño intercambio de impresiones.

Escucho -y anoto mentalmente- algunas observaciones.
Mi hijo tiene que hacer el bachillerato.
Mi hijo va a una academia para que le controlen el trabajo.
Yo de joven fui bastante rebelde y dejé pronto los estudios para ponerme a trabajar. No quiero que él haga lo mismo.
Él es muy hippie, no acepta bien lo de estudiar.
Mi hijo tiene que hacer el bachillerato.
Los profesores teneis que motivarlo, eso es lo fundamental.
Mi hijo tiene que hacer el bachillerato.
Que note que lo tenemos controlado entre todos, eso es lo fundamental.
Buenos días.

Corroboro algo obvio: cuanto más se ha dedicado uno a desfasar -en plan serio, claro- durante su juventud más conservador se vuelve con los años. Casi prefiero a los padres tipo opus dei, al menos no te dan la tabarra con lo desfasados, antisistema y rebeldes que fueron en su juventud, mientras te miran con la superioridad moral que supuestamente da el "haber exprimido la vida a tope".
duelo de borregos
En Pamplona, una manifestación de la Falange choca con una contramanifestación abertzale. El motivo: Navarra es España vs Navarra es Euskadi. La turbia simetría existente entre unos y otros resulta increíblemente fascinante. Como ver a un boxeador sonado zurrándose con su propio reflejo. Están tan próximos unos a otros que sólo pueden odiarse a muerte. Un par de días antes, otro grupo de anormales decidió poner en primera página de todos los periódicos la visita de Acebes a Barcelona: gritos, agresiones, enfrentamientos en plena calle a plena luz del día, sustituyendo los cauces normales de la rivalidad política por el matonismo callejero. Contribuyendo a dar argumentos a la martirología que tanto le gusta a la ultraderecha española, y, de paso, haciendo que todos los que detestamos vehementemente a un sujeto como Acebes, nos veamos obligados a sentirnos solidarios con él.

La crónica política, por desgracia, últimamente ha pasado de ser la sección más plomo y más aburrida de los medios de comunicación a convertirse en una peligrosa emulación de la crónica de sucesos. Mal vamos.
y cómo pasa el tiempo
Ayer cumplí treinta y seis años. Sólo escribirlo me da cierto vértigo, como si un alien se hubiera apoderado de mi cuerpo. Desde que tengo memoria he sido incapaz de encontrar algo que celebrar en estas fechas. Los regalos, las fiestas, las felicitaciones, siempre lo he visto todo como una especie de música de charanga para intentar silenciar el alud de pensamientos que lo aguijonean a uno con intensidad en estas fechas.

Los años pasan como flechas y se clavan cada vez más hondo. He descubierto que la idea de la charanga es la menos mala para llevarlo lo menos malamente posible.
la mirada de los otros
Boris lleva una semana poniendo en su blog las entrevistas que ha hecho a varios extranjeros residentes en España. La última de ellas, a un norteamericano que vive en Barcelona desde hace cuatro años, contiene una reflexión que los autóctonos rara vez nos hacemos. Brutal.


En general hay mucho miedo en España. Empezando por el miedo de la autoridad. Hay un miedo de la policía que viene de la dictadura. También hay un miedo de los empresarios. Un miedo que observo mucho aquí es el miedo que tienen los trabajadores. De una manera se podría decir que la dictadura sigue en España en las empresas. El empresario tiene un increíble control sobre los trabajadores que nunca he visto en ningún otro país. Hay un gran menosprecio que los empresarios muestran con los trabajadores, porque los trabajadores creen que cualquier enfrentamiento con autoridad va a significar que va a pasar algo muy grave. Este miedo de cambiar es lo que esta impidiendo que España crezca.


[La entrada completa aquí.]
fuck the job
Vía naxos, una bonita historia sobre cómo acabar con el trabajo -en viñetas- y con final feliz, obra de packard jennings.





daniel pennac, la felicidad de los ogros




Benjamin Malaussène tiene un trabajo peculiar en unos grandes almacenes: es el chivo expiatorio de todos los productos defectuosos que se venden. Cuando un cliente llega quejándose porque el objeto que ha comprado ha salido defectuoso, el jefe de sección correspondiente llama a Benjamin y lo hace pasar por responsable de calidad para echarle a continuación una bronca tan tremenda que los clientes acaban solidarizándose con él y retirando siempre sus reclamaciones. Benjamin, además, cuida de una peculiar familia compuesta por cinco hermanos más, simpatiza con los puestos más bajos del escalafón del centro comercial y, sin quererlo, se ve envuelto en una extraña trama de bombas que explotan en el centro comercial sin objetivo aparente. Escrita con un lenguaje chispeante y desbordando ironía y magnetismo narrativo, la felicidad de los ogros es un libro ingenioso -a veces demasiado para su propio bien- trepidante e inteligente. Una buena colección de personajes estrafalarios alrededor del protagonista y un dominio vertiginoso de los diálogos hacen de este libro un pequeño delicatessen de consumo rápido y disfrute perdurable.

De fondo, una crítica sutil del creciente papel protagonista de los centros comerciales en la vida de la gente (el libro es de 1985) y una metáfora muy brillante sobre su lugar como los nuevos centros de culto pagano y los rituales asociados a ellos. También una lectura festiva y vitalista del París intercultural de los años ochenta, un pequeño homenaje a la convivencia diaria entre el argelino del bar de la esquina con el marroquí de la tienda de ultramarinos y el francés que tiene un pequeño sueldo para mantener una familia interminable. Visto con la perspectiva del 2006, el retrato de un mundo pretérito, arrollado por las locomotoras del frenesí economicista de los últimos veinte años.

Los horarios del día, deberían prever un momento, un momento preciso del día, para que uno pudiera compadecerse de su suerte. Un momento específico. Un momento que no estuviera ocupado por el curro, ni por el rancho, ni por la digestión; un momento perfectamente libre, una playa desierta donde poder medir cómodamente la extensión del desastre. Con tales medidas en la mirada, la jornada sería mejor, desaparecería la ilusión y el paisaje quedaría claramente balizado. Pero si pensamos en nuestra desgracia entre dos bocados, con el horizonte cerrado por la inminente reanudación del curro, nos equivocamos, evaluamos mal, nos imaginamos peor de lo que estamos. A veces nos suponemos incluso felices.

aquellas maravillosas cintas
Vía Vendell descubro este impagable generador de cintas de casete.




(Lo que me he reído poniendo paridas.)
extraños compañeros de mesa
Comemos en una pizzeria de una cadena con nombre italianizado hasta extremos caricaturescos. El interior hace honor al nombre, desplegando un sentido de la decoración muy de ahora, 100% kitsch, pastiche auténtico, un verdadero falso restaurante italiano. Al lado de nuestra mesa se sienta una pareja también muy de ahora. Ella podría englobarse en esa tribu urbana que definía un primo mío el otro día en una comida familiar: "novia de tunero". Pese a la ropa y el maquillaje se podía adivinar una chica realmente guapa. Él podría haber salido de una versión porno de Operación Triunfo, de un concurso por internet para elegir el mejor gonzo del año grabado con el móvil: mandíbula cuadrada, sonrisa torcida llena de dientes y de desdén, pelopincho casi al uno ligeramente inclinado, indicios de hipertrofia muscular en un jersey más que ceñido, mirada entre fiera y despreciativa. Mientras hablábamos y comíamos me fijaba en ellos por el rabillo del ojo. Él se pasó la comida jugueteando con el móvil mientras ella comía mirando al plato fijamente. Antes de los postres llegó otro chico a su mesa. Misteriosamente, él guardó el móvil, saludó al recién llegado afectuosamente y a partir de ahí se pasó el resto de la comida hablando y sonriendo con sus dos compañeros de mesa. De paso arruinó mi casposo análisis sociológico de andar por casa. Gracias.
el escaño de zapatero
Dentro de la campaña "levántate contra la pobreza", los activistas de 4 gatos se han inventado -fílmicamente- una incursión al Congreso de los Diputados para robar el escaño de Zapatero y dejarle una nota ("levántate contra la pobreza"). Está tan bien hecho que en un primer visionado uno se cree que realmente lo han hecho. Claro que en una segunda vuelta hay varios detalles que cantan, en especial en lo que se refiere al raccor del vídeo. Eso sí, se pasa un buen rato.



el turista de sí mismo
Ha comenzado la época húmeda de nuevo. Por las mañanas todo tiene el brillo de las cosas ligeramente mojadas. Y sobre el patio del colegio descansa una finísima mancha de agua bajo los pies de los niños que apuran los minutos de fútbol antes de entrar a clase. El tiempo transcurre con la lentitud habitual de los comienzos de curso. Como una maquinaria de dimensiones colosales a la que le cuesta echar a andar, la escuela es un gigante adormilado formado por cientos de criaturas menores que se van desperezando al ritmo de los días. A veces llueve con furia. Y entre los grises del cielo se cuelan las luces de finales de septiembre como queriendo anunciar la llegada de una época de felicidad diminuta. Es Otoño. Me gusta. Eso quería decir.
like a hurricane
Pues han suspendido las clases por culpa de ésto:






(la explosión de júbilo en clase al comunicarlo a eso de las dos y media: inigualable)
necesitamos un partido de extrema derecha ya
Ha estado afortunado Zapatero el otro día al hablar de "una nueva extrema derecha", aunque, para mi gusto se ha quedado corto en su denuncia de los nuevos revisionistas que ven en la dictadura franquista y en la guerra civil una especie de corresponsabilidad entre derechas e izquierdas cuando no una suerte de culpabilidad republicana que hizo necesarios los tres años de guerra y los cuarenta de dictadura.

En realidad, lo que necesitamos es que la tropa de los Acebes, Zaplanas, Astarloas, Martínez Pujaltes y compañía cojan las maletas y abandonen el Partido Popular en el que -me consta por conocimiento directo- milita mucha gente normal que va desde los liberales hasta los católicos conservadores de distinto tipo altamente preocupados por los delirios de esta tropa de energúmenos con vocación mesianica.

La izquierda española va desde el centro-reformista que viene siendo el PSOE hasta partidos de corte republicano, marxistas revolucionarios, herederos del partido comunista, izquierdas nacionalistas de todo tipo, ecologistas de varias clases y seguro que varias decenas más de organizaciones de difícil clasificación. La derecha, en cambio, se agrupa toda ella bajo una única sigla: el PP. Neoliberales, neocons, liberales a secas, monárquicos, nostálgicos del franquismo, guerrilleros de Cristo Rey, opusinos, católicos en todas sus variantes, antiabortistas defensores de la familia tradicional, centristas añorantes de la extinta UCD, descendientes de los fundadores de la AP, falangistas pragmáticos, fascistas ansiosos de la acción directa, skinheads aburridos, admiradores de Aznar, admiradores de Le Pen, admiradores de Berlusconi, admiradores de Bush y algunos miles de corrientes más que ahora no recuerdo.

Estaría bien que algunos de ellos rompieran con el PP y mostrasen a las claras su verdadero rostro. Propongo una sigla para su futuro partido: PEDO (Partido de Extrema Derecha Oficial). Y que expliciten su programa político: retrasar el reloj de la historia hasta Noviembre de 1975 y continuar con lo previsto por el dictadorzuelo-de-la-voz-de-flauta. Al menos, podríamos distinguir sin problemas a la derecha civilizada de los cavernícolas fascistoides. Pero que sea ya. Para que la lógica electoral expulse del panorama mediático a los pregoneros del apocalipsis diario. Que ya aburren con sus chorradas sobre la ruptura de la sacrosanta unidad de la patria y sus teorías de la conspiración-mochilera.



la vida en directo
Hoy he tenido el primer padre del curso. A su hijo, que ya repitió hace dos años le toca volver a repetir. No sabría muy bien que decir del chaval y su absorbente deseo de perpetuar la infancia y de hacer como que el futuro no va con él y que sólo va a vivir ahora. El padre, con un punto de desesperación me pedía algo a lo que agarrarse, más con la mirada y las manos crispadas con cierta violencia contenida que con las palabras. La voluntad, el futuro a corto plazo, marcarse objetivos de diferente envergadura para recuperar una imagen positiva de uno mismo, dejar de dejarse llevar, poner los pies en el suelo e introducir algo de racionalidad en el desarrollo de la propia vida, cambiarse a uno mismo. Introducir pequeñas mejoras en el yo a pesar del yo mismo, intentar autoconvencerse de que es posible evolucionar dentro de ciertos límites. Hacer -un poco muy poco- de caso a los adultos que tanto te repelen. Dejar de odiarte por no poder ser otra cosa que lo que eres. Subir a por aire. Mierda.
de ladrillos y ratas
Vía menéame accedo a esta reseña de un artículo del periódico británico the economist dedicado a la fiebre constructora que -supongo- tendrá en mente convertir todo el territorio español en una gigalópolis rodeada de autopistas de veinte carriles que la circunvalarán para poder ir de Francia a Portugal evitando los atascos del centro.

Al leer la noticia -en la que se nos recuerda que en España en 2005 se han construído 715.000 viviendas nuevas, frente a las 225.000 británicas, donde hay unos 20 millones de habitantes más- me he acordado de una conversación de este fin de semana en la que se me hablaba de los planes de la constructora de Villar Mir -con su cara amable, Emilio Butragueño, al frente- para construir 6000 viviendas en la zona de Noia (provincia de A Coruña) en los próximos cinco años.

El modelo está claro: Marbella, Seseña, seguir los pasos de ilustres mafiosos -Jesús Gil-, o de pícaros carne de las revistas del corazón que actualmente "descansan" en asépticas prisiones andaluzas. A la vista de los hachazos brutales que se prometen sobre el paisaje gallego en los próximos tiempos, queda la pregunta en el aire ¿qué hay que hacer para evitar la marbellización de nuestras costas y el ascenso de constructores metidos a políticos -como el alcalde de Sanxenxo, cabeza de la constructora Construcuatro, actual candidato del PP a la alcaldía de Pontevedra para el 2007-?
vetiver
Si es el final, ha sido un buen final. Y, echando la vista atrás, una década de privilegiada historia musical en nuestra raquítica y provinciana ciudad. Un milagro casi. Gracias por estos años.






Y Vetiver bien, haciendo lo suyo, medios tiempos intimistas, aterciopelados, a veces recordando al Neil Young más sosegado, otras acercándose al sonido Ashmont Records -Pernice Brothers, Chappaquidick Skyline, Scud Mountain Boys, etc-, tímidas cabalgadas eléctricas, precisión metronómica para cálidas canciones de pérdidas y soledades de todo tipo. Sabores clásicos con cierto regusto bluegrass, y, algo a lo lejos, vislumbrando las raíces del rock americano. Andy Cabic accesible, discreto, dirigiéndose lo justo al público. Un buen concierto si el rasero son los demás conciertos del Vade. Un concierto inmenso si la medida la marcan el resto de actuaciones que vienen a nuestra ciudad.
cyborgs
Ayer, cenando tras la inauguración de c en Ad Hoc, y haciendo tiempo antes del concierto de vetiver en el Vade, tuvimos una típica discusión en la que aparentemente todo el mundo cree firmemente en su postura, mientras de fondo se adivina la intención de entregarse al juego de un poco hablar por hablar y otro poco intentar superar al adversario a base de esgrima dialéctica. Fue divertido. Mis oponentes defendían la tesis de que la llegada de los americanos a la luna fue cuando menos dudosa, y de que todo el rollo de la carrera espacial era una inmensa manipulación mediática muy propia de la guerra fría. Situado en el bando contrario, defendía la posición de la NASA en la historia ésta y trataba de desmentir los rumores típicos, que si nunca llegaron, que si la escena famosa presenta incoherencias físicas, que si Stanley Kubrick rodó la escena aprovechando los sobrantes de 2001, una odisea en el espacio, etc. Evidentemente nadie convenció al otro. Tablas. Sin embargo, tras sacar el tema de la marine norteamericana a la que le han colocado un brazo biónico tras perderlo en un accidente de moto -yo había entendido otra cosa-, observé que en este caso, se creaba un silencio respetuoso y admirativo hacia los avances científicos. Me dio rabia no poder enseñar esta foto:




(Al hilo de la conversación pensé en la tesis de Max Weber de hace ya un siglo: el proceso de racionalización experimentado a partir de la Ilustración ha producido un desencantamiento radical del mundo; la aplicación del método científico a todos los ámbitos de la actividad humana ha dado lugar una época horriblemente inhumana, como si todo el programa racionalista albergara en su seno una irracionalidad monstruosa.)

Hablando de cyborgs y de clones y de robots y de cosas por el estilo llegamos a una conclusión: casi todas las fantasías de los escritores de ciencia ficción del siglo XX se han hecho realidad o están a punto de hacerlo (en realidad pensábamos en Ray Bradbury Philip K. Dick). Y el mundo en el que tienen lugar es el nuestro. Entre trozo de tortilla masticado y sorbo de cerveza bebido, hubo un momento en el que experimentamos -creo- una especie de escalofrío colectivo. Luego, Andy Cabic y los suyos -vetiver- nos devolvieron temporalmente cierta fe en el nuestro tiempo.
vueltas
De pronto vuelven a empezar el colegio y las lluvias. Un mecanismo de precisión que aporta cierta sensación de orden al transcurrir de las cosas. En el patio de mi colegio, a la espera de que empecemos los de secundaria, los niños de primaria parecen reyes de un mundo recién creado. Los adultos, confundidos con el paisaje -edificios blancos, cielos grises-, tenemos el sentimiento colectivo de pertencer a un algo indefinido en el que se entremezcla la nostalgia con el deseo de mejorar el presente en el que estamos instalados. Comienza el curso una vez más. Es una buena noticia. Significa que volvemos al núcleo duro de lo real. A las batallas insignificantes que tanto nos desgastan. A la euforia de algunos días y al cansancio de los finales de trimestre. A las mañanas de soledad en aulas llenas de adolescentes. A los lentos amaneceres de Noviembre, con el cielo teñido de varias gamas de rojos y la Avenida del Aeropuerto salpicada de autobuses escolares.

Vamos allá.
slavoj zizek, lacrimae rerum




Este libro es una auténtica caja de sorpresas. Cine, psicoanálisis, filosofía, crítica marxista, cultura popular, millones de citas a toda clase de sociólogos, pensadores contemporáneos, antropólogos y otras especies, retos intelectuales cada dos páginas, desafíos continuados a nuestra capacidad de cuestionarnos la realidad. Hitchcock, Kieslowski, Tarkovski, Lynch, y -especialmente- Matrix. Sacar petróleo de los cuatro primeros está al alcance de cierto número de personas. Pero lo que saca Zizek de Matrix es absolutamente increíble (de bueno).

Pongo aquí uno de los miles de párrafos sobre los que podría estar discutiendo durante horas. Zizek. Zizek. Zizek.


Tal como sabe cualquier persona razonable y educada, la verdadera grandeza y el legado histórico del cine italiano, su contribución histórica a la cultura europea y global del siglo XX no consiste en el neorrealismo ni en ninguna otra rareza apta sólo para intelectuales degenerados, sino en tres géneros únicos: los spaghetti-westerns, las comedias eróticas de los años setenta, y (el más grande de todos) los espectáculos históricos peplum (Hércules contra Maciste, etc). [Tras explicar el argumento de Conviene hacer bien el amor, una comedia erótica en la cual un doctor descubre que la energía desprendida en el acto sexual sirve para
solucionar los problemas energéticos de la humanidad, siempre que no se haga por amor, con lo cual se crea un cuerpo de funcionarios encargados de velar grandes salas colectivas donde las parejas deben hacer el amor sin amor dos veces a la semana:] No puede menos que saltar a la vista del parecido con Matrix. La verdad de ambas películas es que, en el tardocapitalismo actual, la política es cada vez más una política de la jouissance [el goce], centrada en los modos de solicitar, controlar y regular la jouissance (aborto, matrimonios gays, divorcios...)

futbolistas y modelos
Me hace muchísima gracia toda esta polémica sobre la selección española de fútbol -dirigida por un energúmeno al que, irónicamente, se le denomina "sabio"-, en especial tras el éxito de la selección de baloncesto en el mundial de Japón.

Me hace gracia porque hay como una exigencia de fondo con un mensaje que no se de donde ha salido: somos una potencia, tenemos que demostrárselo al mundo. Si hay tanto revuelo con los reiterados fracasos de la selección es que en lo más íntimo hay mucha gente convencida de que no se está a la altura de lo que realmente es "lo español". Y ésto me parte de la risa, en serio, me parece un chiste buenísimo. En un país que está a la cola de todos los indicadores europeos de civilidad, educación e idea de ciudadanía, en el cual la figura favorita es la del tipo que se hace millonario de la noche a la mañana robando, estafando o no haciendo nada simplemente, sin que lo pillen, resulta que se espera que en un deporte que exige dosis inmensas de talento individual y sacrificio colectivo -es decir, todo lo opuesto de lo que aquí se considera receta segura de éxito- seamos unas fieras. Es que me parto.

Luego está el concursito de las modelos: esa extraordinaria combinación de voyeurismo soft, sadismo de opereta -ay la Judit Mascó calcando los tics de Mercedes Milá mientras juega a ejercer de dominatrix de película clasificada S- y mensajes insoportables de libro de autoayuda de tercera división. ¿Es en serio lo de que ser modelo es un trabajo durísimo? ¿que por carácter no vale cualquiera? ¿que hay que ser superprofesional y supermadura para ejercerlo bien? Ay que me parto. La supermodelo total, la favorita de todos nosotros, Kate Moss, exhibe triunfante todas las posibilidades de vivir a lo grande derivadas de su "trabajo", por eso la adoramos (motivos más obvios aparte, claro). Y en este programa se nos quiere convencer de que no es así. Que es una profesión seria, esclava, hasta aburrida, que las modelos vienen siendo una especie de monjas de clausura entregadas al Dios del trabajo, que el grado de dedicación la hace insoportable para las más débiles. Seguro que sí.

Concursantes de dicho programa y selección de fútbol comparten una misma filosofía de vida: intentar convencernos de que lo suyo es muy muy chungo, y que, por favor, mostremos respeto y comprensión hacia su talento y su sacrificio.

Claro que sí. ¿Por qué se liarán los unos con las otras? Porque en el fondo se comprenden entre ellos como nosotros nunca podremos hacerlo. Pobres.
una frivolidad (algo) malvada
Navegando a la deriva por internet, encuentro la típica página chorras que me parece divertidísima durante diez minutos, perez hilton, y en ella este curioso gif animado sobre el célebre bebé de dos célebres -y pésimos- actores norteamericanos:



eduardo lourenço, lucidez y sentido
Leo en el país la entrevista al premio Extremadura de este año (ni sabía de la existencia de semejante galardón, pero sólo por descubrirnos -a los ignorantes- a este ensayista y poeta ya debe merecer la pena):


Yo soy muy europeo, como todos nosotros. Todos los somos más de lo que sabemos. Pero sólo cuando nos encontremos enfrente o en medio de una cultura que no es europea. Esa no identidad, esa identidad virtual hecha sólo de negaciones, es un privilegio extraordinario, una promesa de futuro. Significa que otros pueblos podrían compartir nuestra no identidad. Todos aquellos que no crean en la afirmación egoísta de uno mismo, que es el virus de la historia.


En estos tiempos plagados de discursos acerca de choques de civilizaciones, reclamaciones etnicistas, proclamas acerca de la eternidad innegable de las naciones y demás discursos esencialistas sobre el supuesto "ser" de los pueblos, me reconforta escuchar a alguien que sea capaz de articular el discurso de todos los que pensamos nuestra identidad nacional en términos de no-identidad. No-identidad, qué bien suena.

La entrevista completa aquí
flaming lips feat. cat power feat. black sabbath (war pigs)
(via la petite)
Iturriaga, la vida puede ser maravillosa!!!



cambios sustanciales en la estructura de lo real
Pues estaba con los exámenes de Septiembre en el colegio y aparecieron algunos ex alumnos y ex alumnas a animar-visitar a sus compañeros que se examinaban y una de mis exalumnas se acercó a saludarme en el patio y después de intercambiar las educadas frases de rigor me dijo toda seria:
- Willy, pero ¿tú te has fijado? ¡qué fuerrrte!
- ¿Eh? ¿fijarme en qué?
- ¡Las pijas!
- ¿Eh?
- ¡Que las pijas ahora visten "casual"! -y me señala a un grupo de niñas de 3º de ESO discretamente.- Esas, antes del verano no iban así!!!
- Fuuu, fuerrrrtísimo, tía.

El mundo cambia radicalmente de un día para otro, y yo con estos pelos.
una de comics

1) matt groening, el amor es el infierno, el trabajo es el infierno







Hace unos años, Norma editorial publicó en España "vida en el infierno", una selección de las tiras de Matt Groening publicadas a lo largo de los años 80 y principios de los 90. En ellas aparecían cinco protagonistas, los tres conejos binky, sheba, bongo, y los gemelos/pareja akbar&jeff. El delirante resultado en el que toda forma de relación humana era puesta en cuestión con hiriente lucidez, nos dejó con ganas de leer más tiras de groening. En Astiberri alguien ha escuchado nuestras repetidas plegarias y se han traído estos dos comic books de formato cuadrado en el que se incluyen unas cuantas raciones más de los citados personajes. Lo que me he reído.






2) jessica abel, la perdida




La norteamericana Jessica Abel cuenta en unas 250 páginas la temporada mexicana que vive Carla, una norteamericana de clase media que viaja al D.F. para intentar reencontrarse con sus raíces mexicanas siguiendo la pista de su adorada Frida Kahlo y de escritores como William Burroughs o Jack Kerouac. En su afán por trascender la categoría de mera turista decide intentar integrarse desde abajo en la sociedad mexicana: se busca un trabajo, alquila una casa en una zona tirando a marginal y se dedicaorcerán con rapidez y enseguida se dará de golpes contra una realidad social mucho más desagradable de la que imaginaba. Aprovechados, proxenetas, traficantes de drogas, vividores del cuento y una buena representación de otros componentes de la diversa fauna de los pícaros tratarán de aprovecharse de la buena fe de la pobre Carla. Su exceso de ingenuidad la conducirá a un final que cae en casi todos los tópicos que los occidentales tenemos sobre la capital de México (¿un guiño a la imposibilidad de escaparse de cualquier tópico?). De lectura fácil, el cómic pasa con rapidez por las manos de uno, y, aunque no carece de momentos logrados, el tono general del conjunto es algo soso, un poco apagado y a ratos predecible. Aún así lo recomiendo, en parte porque la Abel en persona es un encanto y el tebeo es tan claramente autobiográfico que es fácil quedarse un poco perplejo ante la chocante inocencia de la protagonista.

3) frederik peeters, constellation





En 1957, en plena guerra fría un avión sobrevuela el Oceáno Atlántico volando de París a Nueva York. Tres de sus pasajeros forman un triángulo crítico construído a medias entre el azar y la política de bloques. La historia, narrada desde el punto de vista de cada uno de los protagonistas es un pequeño ejercicio de estilo, una especie de incursión juguetona del autor en el género "de espías". O bien, un tour de force en el que Peeters parece estar ensayando estrategias narrativas con la historia que cuenta, sembrando pistas de forma calculada y graduando la información con cuentagotas hasta que la historia, siguiendo una implacable lógica interna explota en un final que resulta ser trágico y extrañamente poético a partes iguales. Muy recomendable, en especial para los fans del autor de "pildoras azules".
la vida sexual de los supermercados
Hoy, mientras esperaba pacientemente en la cola de la charcutería del súper, he sido consciente -no por primera vez, claro- de que, cuando los hombres nos aburrimos, nos dedicamos a mirar a las personas que nos rodean. Bueno, en mi caso, y concretando, a las mujeres. Como un tic incontrolable. Una mirada rápida las más de las veces, las salvas de fogueo de un furtivo que hace lo que hace porque no tiene nada mejor que hacer. El aburrimiento produce espejismos y una tensión ridícula entre la curiosidad y el deseo. Alguna vez la mirada se detiene un segundo exacto en otra persona y, de manera misteriosa, siempre es descubierta. Uno tiene que fingir que le interesan enormemente las ofertas de caldo de pescado que están justo detrás de la persona observada. Las variedades posibles de la pasta fresca con relleno. El precio medio del queso de Cabrales. Esas cosas. En medio de la tormenta de rubor que salpica la cara de uno, un pensamiento a la altura de la ridiculez de la situación: aquí todo está consagrado a la venta, sólo hay productos rodeándonos, es fácil creer que por los pasillos, esas cosas que se mueven, algunas con una elegancia inesperada, también son productos que observar y tasar detenidamente.

Al llegar a la caja, el anteriormente aburrido aficionado de voyeur se encuentra con un pequeño atasco. Una cajera mira en todas direcciones esperando algo. De pronto, subida a unos patines, aparece una chica vestida con una blusa blanca, un pantalón de dimensiones ridículas y un manos libres. Hay algo absurdo en su vestimenta, en sus movimientos, en el uso que hace del walkie-talkie que acompaña al manos libres. Entre chirridos electrónicos entrecortados arregla algo y se va rodando, a un palmo de altura sobre el suelo, en busca de más desajustes que solucionar. Adivinen que porcentaje de los allí presentes miran con fingido interés los precios de las pilas, de las gominolas, del hilo dental y de las tarjetas solidarias que se hallan justo en la dirección en la cual se desvanece la patinadora.

Los hombres, mecanismos simples sin posibilidad de mejora.
efectos secundarios del verano
Ahora que los atardeceres comienzan a insinuar con leves corrientes de aire fresco la inminencia del principio del fin del verano, soy consciente de cómo año tras año, la percepción de estos dos meses reduce su intensidad temporal y emocional.

Hubo una época -cercana- en la que el verano abría una brecha en el año por la que uno podía colar un buen puñado de ideas alocadas o de proyectos absurdos. El número justo para llegar a septiembre con la sensación de ser un cohete a punto de despegar hacia las profundidades de algún espacio imaginario. Sin embargo, embarcado en el tiempo ligeramente estancado de la mediana edad, descubro con cierto terror como los veranos se van pareciendo de manera peligrosa al resto de las estaciones. Las ideas locas han ido desapareciendo y ya sólo tengo pistas débiles sobre su paradero. Los proyectos imposibles se han muerto de aburrimiento. Las ganas de salir despedido hacia un afuera que es ya claramente un límite imposible se han ido extinguiendo, y ni siquiera la melancolía de otros tiempos -en su momento portadora de cierta energía, como las brasas de un incendio que súbitamente prenden gracias a un chorro de aire- me empuja de esa manera extraña que tiene a veces el malestar de funcionar sobre nosotros.

Sin embargo, hace unos días, se me ha propuesto -de manera muy generosa- participar en una pequeña aventura cuasicolectiva. Hace diez años me hubiera dado un ataque de fiebre que me habría impedido dormir durante semanas de la emoción. Hace cinco habría entrado en erupción controlada, preparándome mentalmente para una lucha incierta que me tendría de los nervios durante una temporada. Hoy día, sonrío de lado y me empujo a creer que sí, que todavía conservo un resto de ese algo que lleva a la gente a ir un poco más allá de su estado presente, y que lo que haga no va a ser un inútil regar las plantas resecas de mi ánimo. Así ando, haciéndome preguntas absurdas para las que sólo tengo respuestas idiotas.
George Galloway, la voz que truena
Vía una cuestión personal ( su vez, vía escolar) descubro esta entrevista al parlamentario inglés George Galloway sobre la ocupación israelí del Líbano que hace de necesario contrapeso a la visión dominante del conflicto:



de estatuas y conciertos
Leo asombrado el pequeño revuelo que han armado los de siempre debido a la desaparición de la estatua de Franco en la Academia Militar de Zaragoza (simultáneamente proclaman no ser los herederos sociológicos del franquismo: viva la esquizofrenia). Casi al mismo tiempo, otro barullo llega a mi ordenador desde Valencia: un grupo de neonazis ha organizado un concierto de homenaje a Rudolf Hess, nº 2 del régimen nazi, este próximo sábado sin especificar lugar todavía. En los comentarios a esta segunda noticia me sorprende leer a gente que, basándose en el derecho a la libertad de expresión, defiende la celebración del concierto. También hay un debate un poco tontorrón sobre los paralelismos comunismo-nazismo. Tras la indigestión de chorradas me viene a la cabeza un párrafo del libro de Zizek "bienvendos al desierto de lo real" que recoge brevemente mi opinión sobre ambas polémicas:

[El párrafo comienza con una crítica a Alain Badiou y el "respeto a la radical alteridad del Otro"]
Ésta es precisamente la línea de razonamiento que deberíamos rechazar: tomemos el caso más extremo, un combate mortal y violento en contra de un enemigo fascista. ¿Deberíamos mostrar respeto hacia el abismo de la Alteridad radical, inscrita en la personalidad de Hitler, y presente tras sus actos malvados? Es aquí donde deberíamos aplicar las célebres palabras de Jesucristo en las que afirma haber venido para traer, no la paz ni la unidad, sino la espada y la división: movidos por nuestro amor a la humanidad, incluida la humanidad (o los restos, si es que existen) de los propios nazis, deberíamos luchar con ellos con una saña absoluta y sin el menor miramiento.
[...]
La prueba verdaderamente ética no reside en la disposición a salvar a las víctimas, sino además -quizá en mayor medida- en la determinación inquebrantable de aniquilar a aquellos que las han convertido en tales.
una de best-sellers
Uno de estos días de agosto, tras haber agotado mi reserva de libros -era pequeña-, cogí en casa de mis padres "la historiadora" ladrillo de 700 páginas obra de una tal Elizabeth Kostova que narra las aventuras y desventuras de unos modernos historiadores cazavampiros. La verdad es que el libro lo tiene todo para triunfar: escenarios exóticos a tutiplen, cientos de hablantes no ingleses que siempre hablan "un excelente inglés", al menos dos o tres "cafés humeantes" cada cuatro o cinco páginas, antiguas "bibliotecas forradas de madera", "lóbregas iglesias románicas" (unas cuatro por capítulo), miles de "estrechas callejuelas" en ciudades "extraordinariamente bellas", amplias avenidas vacías azotadas por el viento en dos de cada tres ciudades visitadas, bibliotecarios que acaban convertidos en vampiros, historiadores altos guapos y brillantes cuando no bajos regordetes y afables, enigmáticas mujeres pálidas, un drácula bibliófilo algo plasta, y, por encima de todo, una pareja protagonista en la que él es despistado, noble e inteligente, mientras ella es bella, misteriosa e inteligente.

Eso sí, literatura, como mucho las cinco líneas de la solapa que resumen la vida de la autora. Uno hasta se entretiene. Estaremos en plena era de los fast-books? Por cierto que me apuesto las obras completas de la Kostova a que a)saca la 2ª parte en breve y b)hacen peli con Julia Roberts y Hugh Grant en dos años a más tardar. Por supuesto, dirigida por Jerry Bruckheimer.
premonición
"Me han contado que la Koplowitz se ha comprado media Costa da Morte", así comenzaba un post del 18 de Julio en el blog yapuestos. Recomiendo la lectura completa de dicho post. Su autora, sin tener idea de la que se nos venía encima, anticipó el futuro inmediato con sorprendente claridad.

Ay.
highway to hell
Ayer me acerqué hasta Coruña para echarle un ojo a "Viñetas desde el Atlántico", salón del cómic que alcanza ya su novena edición (por cierto que la web del ayuntamiento que alberga el sitio del salón está sin actualizar y sólo informa de los eventos de 2005). Jessica Abel me firmó un ejemplar de "la perdida", compré unos tebeos en la de Melo y vi algunos originales de Frederik Peeters de sus obras "píldoras azules" y "lupus" (ambas muy recomendables). También le eché un vistazo a la exposición sobre las marionetas y bocetos de "corpse bride", la peli de Tim Burton, que me supo a muy poquito, con lo mucho que daba de sí el tema (mención aparte merece el espantoso espacio expositivo que es la nueva sede de Caixagalicia en Coruña, con un único recorrido posible y siempre bajo la atenta mirada de un ejército de personal de seguridad y gente por el estilo).

Durante el trayecto en coche desde Vigo a Coruña, aprovechando que no conducía, me dediqué a fotografiar el paisaje gallego post-semananegra. Nada que no hubiera visto antes, aunque es duro recorrer 80 km mirando a izquierda y derecha bosques calcinados, tierras ennegrecidas, montes pelados. Un horror.




El resto de las fotos, en mi cuenta flickr (83 fotos).
tras las cenizas ¿nada?
No salgo de mi asombro.

Acaban de arder buena parte de los montes gallegos de la franja atlántica, y, mientras los principales partidos políticos entran en una guerra de cifras sobre la superficie quemada (gobierno gallego: 77.000 Ha, pp: 170.000 Ha), alguna ministra aventura una teoría de la conspiración sin aportar ni una sola prueba siguiendo el mejor-peor estilo del expresidente de la xunta y un grupo de ciudadanos "independientes" sale a la calle a hacer el chorras intentado revivir el zombi de nunca máis. Curiosamente, en vez de pedir alguna clase de responsabilidad al gobierno de turno, se limitan a implorar (¿a quien? ¿al cielo?) "lumes nunca máis" en un ejercicio absurdo que mancha el espíritu contestatario y reivindicativo del "nunca máis" original.

Sinceramente, no entiendo porqué el conselleiro de medio rural aún no ha dimitido. Los incendios forestales eran responsabilidad de su departamento. Las causas variopintas y la tétrica galería de detenidos -ancianos dementes, borrachos malhumorados, menores aburridos, exbomberos resentidos, agricultores vengadores, y un largo etc que pone los pelos de punta- no alivian la sensación de que algo se ha hecho mal, y de que la responsabilidad de un político implica dejar el cargo cuando no se ha hecho todo lo posible todo lo bien que sería deseable.

Claro que es más fácil hablar de conspiraciones y tramas terroristas sin pruebas: ese es el estilo de los tontainas que se hacen fotos con mangueritas y sueltan chorradas sobre el desmantelamiento del estado. Nunca esperaría dimisiones en un gobierno del pp. En cambio, espero, sinceramente, algo más de dignidad política por parte de aquellos a los que he votado confiando en un cambio en la manera de hacer las cosas. Y también espero que se deje de hacer el imbécil con el "nunca máis": un movimiento ciudadano de semejante calibre no se merece un epílogo tan patético.
frivolizando: ok go!
Había visto hace unas semanas el famoso vídeo de este grupo americano, que, coreografías aparte, poco me dice:




A través de the mixer descubro que tienen coreografía canción nueva y que miles de seguidores se dedican a intentar copiar las coreografías de sus vídeos (y a colgarlas en youtube, claro):




Ese exceso de seriedad puesta en juego en algo tan ridículo hace que estos ok go! se salven por los pelos. Sus cientos de imitadores -por cierto, el mejor grupo se juega el salir al escenario con ellos en breve!!- tienen otra forma de gracia, una que atañe más a la crueldad del espectador. Un ejemplo:




Algunos datos: el productor de su segundo disco es Tore Johansson (The Cardigans, Franz Ferdinand). El primero de los dos vídeos lo grabaron y colgaron en internet a espaldas de su discográfica. El coste de este vídeo fue 10 $. La coregorafía corrió a cargo de la hermana del cantante, Trish Sie. El vídeo lleva desde Noviembre de 2005 circulando por Internet.
incendios en Galicia
Si uno pone en Google "incendios en Galicia" salen 969.000 referencias.
Si uno pone en Google "prevencion de incendios forestales" salen 837.000 referencias.

Éstos días he estado en la zona del Morrazo, en la ría de Aldán pasando unos días con mis padres. Desde el viernes por la tarde hasta hoy el cielo ha estado permanentemente cubierto por una espesa capa de humo marrón. Las noticias hablan de unos cien incendios diarios, de los cuales unos sesenta corresponden a la provincia de Pontevedra. Hay tres muertos y ya han ardido varias casas. Se han quemado hasta ahora unas cinco mil hectáreas de monte (1 Ha=10.000 metros cuadrados, ésto hace cincuenta millones de metros cuadrados). Hay algunos detenidos. Los responsables de la cosa desde la Xunta hablan de "actividad criminal desaforada" o de "terrorismo ecológico". Por la vía rápida que va de Rande hasta Aldán, se aprecia a izquierda y a a derecha una superficie interminable completamente calcinada. Tras una masa considerable de monte quemado, pasando Domaio por la vía rápida, se ven asomar, relucientes, impecables, cinco grúas que hablan de una intensa actividad constructora en medio del monte. El futuro tiene forma de ladrillo.
nostalgia
Rebuscando un poco en youtube encuentro los vídeos de algunas canciones de los dos primeros albums de massive attack. De pronto vuelvo a la década de los noventa, y, aunque sólo han pasado algo más de diez años de estos discos experimento un ataque de nostalgia que me sacude violentamente. La melancolía puede ser colérica: ¿por qué no he vuelto a escuchar nunca estas canciones con lo que las he disfrutado? ¿por qué esta música me parece -tan injustamente- de hace mil, dos mil, tres mil años? ¿por que lo que está tan de moda en un momento se olvida con tanta facilidad?

Entreguémonos, pues, a la nostalgia de lo sucedido ayer mismo.









delirios veraniegos (III)
A través de menéame descubro una noticia inquietante: este martes han detenido a un blogger por desacato al no entregar a la justicia norteamericana un vídeo de una manifestación contra el G8!!! El caso ha suscitado la reacción de reporteros sin fronteras que han denunciado la detención. Mientras, la madre del autor, ha tomado las riendas del blog con el objetivo de recaudar fondos para afrontar los costes del proceso judicial (necesitan entre 10.000 y 15.000 dólares).
El vídeo de la polémica.


En el mismo menéame otra "buena" noticia (ya tiene 17 días y la descubrí gracias a la petite): el arquitecto que diseñó el atomium en Bruselas exige un pago por cada fotografía que se haga del monumento que sea publicada por cualquier medio. De momento, el dueño de una web sobre bruselas, eric maerschalck ha sido condenado a pagar 793 euros por unas fotos del monumento. Con buen criterio, en menéame se preguntan ¿que van a hacer con todos éstos?

Glubs.
mary mccarthy, una vida encantada




En la Nueva Inglaterra de los años cincuenta una pareja vuelve al pequeño pueblo del que la protagonista salió huyendo siete años atrás tras abandonar a su entonces marido por su cónyuge actual. El pueblo es una especie de colonia de seudoartistas y seudointelectuales que vegetan al margen de la realidad en una vida entregada a la banalidad más absoluta bajo la coartada de ciertas ínfulas artísticas. Partiendo de este marco social, Mary McCarthy describe sin piedad la vida en ciertos círculos bohemios de la norteamérica rooseveltiana. Gentes semiacomodadas, que viven de rentas exiguas, entregadas a pequeños trabajos veraniegos que garanticen su supervivencia el resto del año, convencidos de estar fuera de la moral convencional burguesa y seguros de practicar un estilo de vida alternativo, se muestran aquí como uno de los peores subproductos de esa norteamérica acomodada que muere de aburrimiento en los relatos de John Cheever. En efecto, entregados de forma superficial al cultivo de sus tendencias "artísticas", ninguno de los protagonistas -excepto la narradora, trasunto probable de la propia McCarthy- tiene el valor o el talento para dar el paso y entregarse a la tarea real de ser un verdadero artista. Todos practican una doble moral en la que las apariencias son tan importantes como en la más burguesa de las sociedades mientras se entregan a un dejarse llevar regado por generosas dosis de alcohol que termina por convertirlos en personas odiosas. Su ocio absoluto, su huída de lo real, su vida anestesiada, su autocomplacencia, el estancamiento cenagoso de sus vidas, la asunción acrítica de los peores defectos de la moral burguesa y de la vida "bohemis" contribuye a una descripción despiadada de unos seres que, debido a su indefinición y a sus pretensiones de superioridad respecto a la gente "normal" acaban por volverse absolutamente odiosos.

La narración de todas estas vidas que pululan alrededor de la de los protagonistas y la lucidísima y penetrante descripción psicológica de cada uno de los personajes hacen del libro una auténtica joya que uno disfruta intensamente. La autora, amiga íntima de Hanna Arendt -hay un libro que recoge la correspondencia de décadas entre ambas, entre amigas-, dibuja una mirada escéptica y desencantada sobre la condición humana, sobre el sentido de las elecciones vitales, sobre la capacidad para el autoengaño y la mentira, y la imposibilidad de vivir sin traicionarse constantemente a uno mismo y a los demás. El amor, la amistad, la verdad en las relaciones personales, juguetes frágiles en manos de esa pandilla de irresponsables egoístas que somos cualquiera de nosotros. Maravilloso.


[Los personajes en una cena hablan de la religión y del papel de ésta en la sociedad. Uno de ellos habla de que debe llenar un vacío. La protagonista -Martha- defiende que si hay un vacío real es un hueco necesario en la vida y no se puede rellenar como un pollo. Ante ésto, otro de los personajes se dirige hacia ella]
-Pero ustedes son dos personas superiores -dijo Jane pensativa-. Tomemos a la persona ordinaria. Tomemos a Sylvia, mi mujer de la limpieza...
-No admito ésto -dijo Martha-. Yo soy una persona ordinaria.
Todo el mundo se echó a reír ante el tono de superioridad con que lo dijo.
-Vamos Martha, dijo Jane, bostezando y arreglándose el pelo-. Todos sabemos que somos superiores a la gente ordinaria, mentalmente, en todo caso, y que vivimos vidas más interesantes. No necesitamos la religión. Tenemos los libros y los cuadros y la música. No necesitamos ir a la iglesia para recibir un estímulo espiritual. Y lo mismo ocurría en Roma: el cristianismo era una religión de esclavos.
 

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