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hasta arriba

hago una pausa en mi maratón corrige-exámenes (unos doscientos veinte que deben estar para el lunes), salgo a tomar una hamburguesa al bar vilaboa con A., la noche está fresca, el sofoco que hemos pasado estos días ha remitido bruscamente; me despego un poco de la avalancha que inunda mi mesa de trabajo; llego a casa, no tengo muchas ganas de ver blogs -es raro, últimamente mi vida se reparte entre el tiempo que dedico al trabajo y el tiempo que dedico a bloggear- y decido ponerme a hablar sobre el concierto de godspeed you black emperor de ayer en el teatro salesianos, pero pronto me descubro sin mucho que decir; también me asalta la cabeza despellejar matrix reloaded (la ví la semana pasada con la esperanza de no sentirme muy insultado: sólo para los amantes de los videojuegos tipo tekken 3 y cosas así), pero no estoy ni para eso; la mezcla de ambas cosas produce en mi cerebro un chispazo: introducción a la vida no fascista (¿hay un porqué para estas cosas?), el prólogo de michel foucault a "el antiedipo" de gilles deleuze (debo decir que leí ese prólogo como artículo en una revista, pero nunca llegué a leer el famoso libro); lo pongo en google y hop, 3310 referencias, incluido el mítico número 17 de la revista archipiélago (donde lo había leído años ha, el monográfico sobre deleuze que conservo forrado en papel cebolla); de una de las páginas web extraigo una frase (control C: mejor que copiarlo de la revista) y de la propia revista escaneo un divertido cartel de mayo del 68:
"No imagine que es necesario ser triste para ser militante, incluso si la cosa que se combate es abominable. (El lazo entre deseo y realidad es lo que posee fuerza revolucionaria y no su huida a las formas de la representación )"



[por cierto, el concierto de godspeed superó con creces todas mis expectativas: extraordinarios, aunque no se pudiera decir lo mismo del público, todos con el uniforme oficial de "alternativos" y la mitad con videocámaras digitales de última generación: curioso; lo que sí llevaba todo el mundo era la cámara fotográfica digital de turno (yo incluído, es un objeto bastante más accesible para el fan medio), aunque me abstuve de hacer fotos ante el chaparrón de flashes que soportaron durante todo el concierto los pobres (L. me había avisado antes que odiaban lo de los flashes, eso me cortó bastante, tendré que dejar de hacer fotos de los conciertos a los que voy, ya es una epidemia)]

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