Estás lendo

the fuckin´ultrasonic IKEA experience
[sinopsis: un grupiño de galleguiños va a los madriles a comprar unos muebleciños para una parejiña que se va a vivir juntos en breve; como les gustan las emociones fuerteciñas, eligen el primer sábado de agosto para tal evento]

pues sí, si alguien lo dudaba, aquí tiene la confirmación: no se puede ser más pailán... salir el viernes a las 2 de la tarde, comer en un pueblo al lado de verín a base de bocatas al lado de la fuente del pueblo ante el gesto desolado de mi padre (que junto a mi madre se anotaron a última hora a tan educativa excursión), llegar a la capital a las 10 de la noche, busar un hotel para los apuntados a última hora...FIN DEL DIA UNO; levantarse tarde (gracias María por dejarnos ese pedazo de piso), meterse en plena operación salida para llegar hasta Alcorcón a la una de la tarde (temperatura: 32º C), sospechando que iba a ser algo un poco duro (¿serían los cartelones de REBAJAS IKEA que ibamos viendo por la autopista?), estar hasta las siete y media viendo-reflexionando-discutiendo-gritando para culminar con una hora de espera en la caja y salir de allí a las nueve de la noche para llegar de vuelta a casa a las tres de la madrugada...FIN DEL VIAJE. Así resumido suena ligth, pero he omitido algunos detalles (no tan )irrelevantes:

- los cien mil ikeitas que nos recluimos voluntariamente en ese espacio claustrofóbico (hablo de esa claustrofobia que puede sentir uno perdido en el desierto o en medio del atlántico)

- la cara de qué-cojones-hago-yo-aquí de unos padres que creían ir de excursión con sus (ya talluditos) hijos: pensaban en una tienda de muebles y se encontraron con una cantidad de objetos muy superior a los que podrían procesar en toda su vida

- los pies, tras seis horas caminando lentamente sufren un curioso fenómeno físico: se ablandan, pierden consistencia, se convierten en una suerte de mantequilla que prefieres ignorar

- los trabajadores de IKEA, como si les hubieran dado un cubito de playa y una palita de plástico para construir la presa de los cuatro ríos en china: todos con aspecto de estar sonados, colocados o idos (a todas mis amables preguntas contestaban subiendo y bajando la cabeza con la mirada clavada en un péndulo imaginario situado a mis espaldas)

- la comida: bocadillos para el viaje de ida + pizza para la cena + comida basura sueca + cena rancia a precio de lujo en un tugurio de benavente...

lo peor es tener la certeza de que he de volver, porque uno se olvida rápidamente de lo desagradable (casi todo) y sólo se queda con lo bueno (ay que bien queda esa mesita en el saloncito y que monas son esas tacitas que valían 2 € cada una, etc etc)

Afortunadamente el día de playa de hoy domingo me ha reconciliado con la humanidad, con el comercio a escala industrial y conmigo mismo; y eso que el airecillo que sopló toda la tarde producía cierta desagradable impresión de empezar a acercarnos al otoño (¡si sólo llevamos quince días de verano!)

Comentarios nesta entrada

 

Este sitio está baixo as condicións dunha licencia Creative Commons.

RSS Feed. Feito con Blogger. Plantilla Modern Clix, deseñada por Rodrigo Galindez. Modern Clix blogger template por Introblogger.